Adom
Terminó de firmar unos documentos para salir de mi oficina irritado ya que acabo de llegar de un viaje, debía estar descansando y comiendo algo nutritivo, pero me encuentro aquí acompañado de Lucas quien no dice nada por mi cara.
- Me iré por unos días, volveré - agregó incómodo y él se levanta.
- Primero viajas sin informarme, ahora te tomas días de descanso y le cuentas todos tus secretos al guardaespaldas - me riñe molesto - he estado aceptando tus estupideces desde hace rato, soy tu supuesto mejor amigo, pero no me dices nada - agrega molesto.
- Lo lamento amigo, este será mi último viaje, ya no volverá a ocurrir - exclamó sirviendo me una copa de ron.
- No puedes tomar si no has comido, eso te enfermara al final - reclama y lo ignoro para tomarme mi copa.
- Procura que Teresa no sepa que no estaré aquí, por algo te pago mejor que todos aquí - murmuró para levantarme de mi asiento y recoger mis cosas.
- ¿Que te hice? Para que me trates como la mierda - pregunta quitándose el botón de su saco.
- Solo acostarte con mi hermana adoptiva y decirle mis secretos a su madre - exclamó para salir de mi oficina y dejarlo solo.
Tomo mi teléfono para llamar a Albert y preguntarle por mi pequeña lactosa y no me sorprende que se haya bajado del auto para irse a explorar, subo a mi auto después de tomar un café para llegar a la plaza principal.
Dejo mi auto en un estacionamiento subterráneo para quitarme mi saco crema y colocarme mis gafas de sol, camino por el lugar mientras dobló mis mangas para parecer más relajado, compro un refresco en un local para caminar hasta la torre Eiffel para ver como los turistas están encantados con nuestro monumento.
Me quito las gafas para tratar de mirar la punta cuando siento como llegan a mi lado mostrándome una taza.
- Mira lo que te compré, este lugar es hermoso - me muestra una taza personalizada con mi cara de manera de dibujo con una extraña mueca.
- Esta hermoso, me gustó - afirmó y ella comienza a reír para mostrarme la suya, con unos hermosos moños y un gracioso sombrero - sí que la pasaste bien mientras estaba alejado de ti - digo y ella niega.
- Muéstrame tu cultura, llévame a conocer la razón porque todos aman a Francia - murmura y tomó su mano para acariciarlo.
- Ellos no aman a Francia, ellos aman este monumento histórico - señaló y ella comienza a tirar se fotos en el lugar - debemos irnos, te enseñaré porque amo esta ciudad y no pienso abandonarla - agregó dándole mi mano y ella la toma para abrazarse a mí.
Le muestro mi restaurante favorito en el cual tomamos el almuerzo para después ir a comprar a un centro comercial, al final terminamos con grandes bolsas de comestible y prefiero ir a llevar todo eso a mí departamento. Mientras subimos por el ascensor privado veo como ella toca sus manos con nerviosismo.
- Mis cosas están en el hotel - me recuerda y comienzo a reír con ganas.
- Iremos al hotel más tarde, ahora vamos a dejar esa comida en mi casa - afirmó y ella asiente cuando llegamos a la puerta de mi casa.
Me apresuró a colocar mi clave para que me deje ingresar, veo como ella observa toda la decoración maravillada por mi elección de colores en marrón y crema.
- ¿Te gusta? - pregunto dejando las bolsas en la meseta de la cocina.
- Creí que tu casa sería más oscura - afirma señalando los muebles y la pintura del lugar.
- Mi vida debe tener color, por eso mi espacio personal está bien iluminado para que pueda trabajar - exclamó antes de abrir una botella de agua.
- Explorare el lugar - susurra y le señaló la puerta de mi habitación.
- No te preocupes eres la primera mujer que traigo a este lugar - digo y ella comienza a reír.
- No me preocupa eso, yo solo miraré el lugar - ríe antes de desaparecer dejándome solo en la cocina.
Terminó de colocar todo en su lugar para tomar un bol de cereal y ponerme a ver televisión, termino de quitarme la camisa dejando mi tonificado cuerpo a la vista, solo me quedó con el pantalón de vestir, camino descalzo para poder servir algo de vino para mí.
Veo como sale contenta mientras toca la pequeña muñeca que envíe a personalizar igual a la chica de mis sueños. Pero al final solo se pudo parecer a mi madre, la grandiosa Isis que jamás me amo.
- Es sumamente hermosa - afirma y comienzo a reír - ¿tiene nombre? - pregunta interesada.
- No tiene nombre, nunca sabre su nombre - susurro mientras tomó de mi copa, es una estupidez y ya debería olvidarla, ahora estoy con alguien que merece toda mi atención.
- ¿Puedo ponerle uno? - vuelve a preguntar y yo acarició su rostro para delinear su labial con mi pulgar.
- Si me besas puede ser tuya - exclamó para ver como ella se acerca a mi para besar mis labios con pasión - debo seguir dándote cosas para que me beses de esa manera - sonrió cuando nos alejamos para tomar aire.
- Podemos seguir esto en la habitación - murmura cerca de mi oído dejando la pequeña muñeca de lado para acariciar mi firme pecho.
La tomó en brazos para comenzar a besar sus labios con pasión y ternura, llegamos a mi habitación y me avergüenza el hecho de que toda la decoración es igual a la que tenía cuando era un faraón, no le doy importancia a nada cuando ella se quita su blusa para dejarme ver sus rosados pezones, acarició sus pechos mientras mi boca reclama la suya.
- Ahhh Adom - gime bajo mientras comienzo a retirar sus jeans para poder observar unas hermosas tangas rojas como me gustan.
- Eres toda una gatita, pequeña lactosa - afirmó cuando le doy un fuerte azote a su firme y grande trasero.
- Te dije que no eres el primero - agrega tomando mi cuello entre sus manos para acercar mi rostro al suyo, sabiendo que estos movimientos son terribles y simples, siempre seré el único entre sus piernas.
- Se la verdad, tranquila que hoy no huiré de tu lado - prometo cuando termina de bajar mis pantalones junto a mi bóxer.
- Eso espero - susurra mientras mis manos van acariciando su cuerpo hasta el cansancio.
- Eres perfecta - digo antes de besar su cuello para hacer un camino hasta su pecho y poder saborear sus firmes senos.
Comienzo a besar sus muslos hasta que puedo besar su feminidad y saborear su peculiar sabor, ella gime mientras toca mi cabello con fuerza para que no pare, no dejo de torturarla hasta que ella llega a su liberación, comienzo a tocar mi creciente erección para ver como ella se relame sus labios mientras se coloca a mi altura.
- ¿Lo quieres lamer? - pregunto inocente mientras lo restriego en su cara.
- Claro que quiero - afirma tocándolo para después introducirlo en su boca y comenzar a chuparlo.
Toco su cabello para marcar mi ritmo hasta que termino en su boca y ella se lo traga todo mostrándome una imagen sumamente erótica que hace que mi amigo vuelva a levantarse, ella cae en la cama y acaricio su rostro para comenzar a entrar en ella, beso sus labios con pasión mientras siento como ella grita de dolor, sabía que seguía siendo virgen, la penetro con lentitud para que se acostumbre a mi tamaño mientras nos movemos con lentitud. Beso sus labios para sentir como nuestro cuerpo se complementan volviéndome loco solo por ella.
Al final terminamos teniendo una sensual danza con nuestros cuerpos mientras la hago mía poco a poco.
ESTÁS LEYENDO
El pecado del Faraón (saga Faraón) III
FantasyFuiste enviada por los dioses para castigarme por haber matado a mi propio padre. Vuelve a gritar como siempre lo hace desde que llegue y yo solo respondo como en cada ocasión. Sabes que para eso vine, haré tu vida tan miserable que desearas no habe...