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Aliah

Ya han pasado una semana desde que no hablamos y se que le dije algunas cosas hirientes pero el debe entender que escuchar que el solo me utiliza me lastima, termino de calentar para realizar algunos simples saltos.

Desde que lo obligue a abandonar mi dormitorio mis prácticas se han vuelto duras, no tengo la misma concentración de antes, mi madre me llamó para recordarme el cumpleaños de Adom el cual es dos días antes que el de mis hermanos.

Todavía no tengo idea de lo que haremos este sábado pero tengo una manera de arreglarnos propuesta por Hina y una sorpresa que se que le gustara la cual me ayudo Yuri, debo irlo a visitar en la noche.

- Señorita Armet, atención en el baile - grita Madame haciendo que pierda la concentración y caiga.

- ¿Aliah te encuentras bien? - Daniel corre a mi lado para ayudarme.

- Esta bien, no es nada - digo cuando me ayudan a levantarme.

Camino sin presionar mi piel mucho al suelo, pero el dolor no me deja aparentar que estoy bien.

- Baile de la lechera - me exije y tomó el balde para comenzar a mover mis pies pero el dolor me delata - señorita Armet si no puede realizar este solo, se lo ofreceré a la señorita Lovato - agrega y la morena chilla de alegría.

- Madame no se da cuenta que esta lastimada - dice Daniel ganándose una mirada de reclamos de parte de la señora.

- Puedes ir temprano a tu dormitorio, coloca un poco de hielo a tu tobillo y cuidate por estos días - me dice ayudándome a quitar mis zapatillas - te exijo porque eres buena y yo te volveré perfecta - susurra para las dos.

- Gracias Madame - me despido antes de tomar mi bolso.

- El cuerpo bailará la escena uno - toca sus manos para que vuelvan al trabajo.

Salgo de la academia cuando ya estoy vestida para subir a un taxi, le digo la dirección y recuerdo que llevo su teléfono desde hace una semana, reviso sus correos y no encuentro nada fuera de lo anormal, cuando llego a su edificio pago lo necesario y el guardia me deja entrar al edificio.

Una vez en su puerta coloco la clave para abrir y dejó mis cosas en el sofá, me quito mis zapatos para ir a tomar una ducha, cuando estoy completamente desnuda camino hasta el baño para llenar la tina con agua caliente, coloco un poco de su gel de baño, para entrar y tranquilizarme.

Su teléfono comienza a sonar como loco, lo tomo sin mirar quien es.

- ¡Adom! No puedes irte de la reunión así - siento la misma voz de aquella noche.

- Lamento informarte que el esta conmigo, que se siente saber que el me prefiere a mi - sonrio con ganas.

- Esta pequeña niña, deberías saber que solo soy buena por fuera - grita con rabia - cuidate cariño, ya me provocas te y no te convenía molestarme - cuelga el teléfono y rio con ganas.

Al final pude desquitar mi enojo con la persona que creo mis inseguridad con respeto a mi relación amorosa con Adom, salgo de la tina para secar mi cuerpo y colocarme una de sus camisas, termino preparando algo simple en la cocina.

Espero que regrese pero el sueño puede conmigo y decido ir a dormir, cuando regrese me disculpare y veré que se puede hacer para recuperar nuestra confianza en esto.

Adom

Las cosas esta semana no están como quisiera, ahora mismo la compañía pasó a mano de la verdadera hija de Maitre, ese maldito infeliz al final me la hizo, salgo de la reunión enojado porque mi cumpleaños lo volvieron una gala y debo asistir, ahora solo soy un diseñador y creador de fragancias.

Rompo mis nudillos de la molestia que siento, ellas están arruinando todo lo que me a costado construir, veo como sale Teresa a mi lado para reír por mi acto infantil.

- Disfruta mi pequeño bebé, ese día será inolvidable - promete alejándose de mi lado.

- Vieja loca - susurro en egipcio antiguo para reír con ganas.

- Deja de morder la mano que te dio de comer - acaricia mi rostro antes de darme algunas palmaditas en mi mejilla.

- Albert mis llaves, me largare de aquí - salgo del lugar cuando tengo lo pedido en la mano.

Conduzco por la ciudad sin saber el porqué hasta que terminó en su puerta, tocó un par de veces pero ella no responde, debe seguir enojada por lo que le dijo Sorangel, me disculpe por algo que no hice.

Vuelvo a mi auto buscando mi teléfono y recuerdo que se lo deje y la manera en que me han estado contactando es por parte de Lucas y Albert, regreso a mi edificio para dejar mi auto en su lugar, subo por el ascensor. Cuando estoy en mi lugar ingreso el código y me sorprende ver ese bolso en el mueble.

Corro por el lugar buscándola y la encuentro al rato durmiendo entre mis sábanas mientras lleva una de mis camisas, me quito mi traje para entrar a su lado y abrazar su delicado cuerpo, me encanta su olor y la manera en que me da calor.

Al rato caigo dormido a su lado mientras acariciaba su cabello. A la mañana siguiente la observó dormir, ella parece un ángel, beso sus labios y el simple roce hace que desee más, de verdad la extrañaba, me hace bien tenerla cerca.

Beso sus labios con pasión y siento como ella responde, termino acariciando su abdomen mientras ella se gira para quedar debajo de mi.

- Buenos días - saludo acariciando su cabello con mi otra mano - ya estás tranquila - digo y ella asiente.

- Te vine a entregar tu teléfono - susurra.

- Creí que venias a hablar - agrego algo incomodo por la posición en que nos encontramos.

- Tengo días de descansó y quería pasarlas contigo  - informa y acaricio su mejilla para susurrar cerca de su oído un simple lamento lo que ocurrió y ella responde con un simple - ya no importa.

Termino de levantarme de su lado pero ella impide que salga de la cama y besa mis labios con calma mientras acaricia mi abultado pene.

- Te harás responsable de lo que provocas en mi- susurro sonriendo y ella ríe de vuelta alejándose de mi.

- Iré a tomar una ducha, deberías ir a hacer el desayuno - propone y salgo para ir hasta la cocina.

El pecado del Faraón (saga Faraón) IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora