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- Le falta sal. - Escuché la voz quejumbrosa de Jake.

- Jake, cómete tus verduras o le digo a Vane. - Edward amenazó a Jake y yo reprimí una risa antes de entrar al comedor. - Buenas noches cielo. - Dijo acercándose a mi y dándome un beso en la frente. - Hoy intenté cocinar yo, pero si no te gusta, podemos salir a cenar a algún lado. - Sonrió y no pude evitar ver la cara de indignación de Jake.

- Estoy segura que seguro cocinas te delicioso pa-uhm... Edward.

- ¿Ves? Ella si aprecia mis dotes culinarios. - Dijo dándome la espalda para servirme un poco de la cena que había hecho. 

Pasé junto a Jake quien murmuró algo sobre la sal antes de meterse un trozo de zanahoria a la boca. Tomé un vaso de la estantería y lo llené con agua antes de llevármelo a los labios.

- Es que le falta sal. - Dijo con una mueca y su papá resopló. 

- A ti te falta sexo, pero no lo estoy diciendo cada 2 minutos. - Edward respondió provocando que me ahogara con el agua mientras me reía.

- Gracias por recordarme mi soledad papá. - Jake dijo molesto con las mejillas rosas mientras yo intentaba recuperar el aire.

- Anda corazón, siéntate a comer. - Edward ignoró el comentario de Jake y puso un plato sobre la mesa. - Y toma llorón, podías simplemente tomar la sal. - Le puso enfrente el salero.

Era sorprendente lo rápido que me había adaptado a esta familia. Llevaba viviendo aquí casi un mes. El señor Dunne había sido muy amable y atento conmigo desde el momento en el que Jake le dijo que yo iba a ocupar permanentemente mi cuarto hasta nuevo aviso. Al inicio pensó que era una broma pesada donde Jake me iba a encerrar en ese cuarto, pero cuando le explicó que se refería a que iba a vivir ahí, simplemente dijo si necesitaba algo más le dijera, sin un deje de sarcasmo en su voz.

Ese mismo día, me llevo a comprar cosas para sentirme cómoda y me acompañó junto con Jake a mi antigua casa por unas cosas. Todo lo que preguntó antes de entrar fue "¿Todo bien con Brian?". Y luego de eso, no nos tomó mucho tiempo acoplarnos los unos a los otros...bueno... un poco más Edward y yo, ya que no convivíamos tanto.

Al parecer  decía muy literalmente "Vane, esta es tu casa" porque realmente parecía cómodo con la idea de tenerme viviendo ahí, incluso un poco entusiasta. Aunque yo me sentía muy incómoda al inicio. Porque no es lo mismo quedarte a dormir practicamente todas las vacaciones y algunos días entre semana, pero sabiendo que vas a volver a tu casa en algún momento, a quedarte definitivamente.

Jake estaba malhumorado, porque después del cumpleaños de Steve, el cual cae en San Valentín y por supuesto que celebramos a lo grande, Freddie tuvo que irse de viaje por unos asuntos familiares y no había vuelto. Apenas lleva 1 semana y media y ya era insoportable para él.

- Mamá llamó en la mañana. - Jake dijo después de unos minutos de silencio. 

- ¿Y? - Preguntó el señor Dunne con indiferencia metiéndose un trozo de pollo a la boca.

- Dijo que quería hablar contigo. - Respondió tomando una cucharada de puré de papa.

- Sé que soy irresistible e inolvidable, pero que respete. - Negó con falsa indignación y yo reí. - ¿Te dijo de qué?

- No. Tal vez. No me acuerdo. - Jake dijo encogiéndose de hombros.

- Pues que gran secretario eres, pasas muy bien los recados. - Dijo con sarcasmo. - En cuanto termine de cenar la llamo.

- Papá, en América son 5 horas menos, debe estar trabajando. - Jake le recordó.

- Cierto... que me llame después. - Se encogió de hombros y siguió cenando.

Bad Guy [Roger Taylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora