14

219 15 4
                                    

Jake rió a carcajadas ante la anécdota de Freddie y Brian mostró una sonrisa mientras daba un sorbo a su bebida.

Después de llevarme al hospital, a petición de Brian, a comprobar que no hubiera ningún hueso roto o algo demasiado alarmante, decidimos ir a comer todos juntos. Veía cómo todos los hombres importantes de mi vida  convivían sanamente con una sonrisa en mi rostro. Dios tengo al mejor hermano y los mejores amigos, en serio los amo. Pensé viendo al ver a Jake codeando a Brian con una cara pícara mientras John se reía y Steve negaba con la cabeza. A ellos también los aprecio mucho. Pensé ahora viendo a Freddie decirle algo a Roger como si fueran amigos de toda la vida.

De la nada sentí mis ojos cristalizarse. ¿Qué demonios?

- Querida, ¿estás bien? - Freddie me preguntó y todos en la mesa voltearon a verme.

- Si. - Respondí con la voz cortada y sin preguntar nada me abrazó con delicadeza. Sentí la mano de Freddie subiendo y bajando por mi espalda y solté unas cuantas lágrimas.

- Andas muy llorona ¿estás bien? - Steve preguntó y Jake le dio un zape.

- Sé más sutil. - Jake "susurró" y luego carraspeó por lo que me separé un poco del pecho de Freddie. - ¿Quieres que hablemos afuera?

- No fue nada, sólo sigan en lo suyo. - Dije con una sonrisa débil y ninguno apartó la mirada de mí hasta que Brian puso cara de sorpresa.

- ¿Hoy es 8? - Preguntó y Freddie asintió. - Es por eso. - Dijo encogiéndose de hombros y Jake y Steven soltaron un "Ohh" comprendiendo.

- No entiendo ¿pasa algo los 8? - John dijo confundido. Sentí algo en mi entrepierna y me separé de Freddie con velocidad.

- Voy al baño. - Dije parándome y caminando a toda velocidad al baño, sintiendo la mirada curiosa de Roger en mi espalda. No, por favor no. Espera a que lleguemos a la casa.

Me metí en el primer cubículo libre y bajé mis pantalones a toda velocidad. Fiu, parece que no. Hice mis necesidades con normalidad pero sentí algo raro. Oh no. Mordí mi labio antes de acercar el papel que utilicé a mi vista y vi sangre en él. Mierda. Al menos eso explica por qué estaba llorando por todo. Pero ahora tengo un verdadero problema... nadie de los chicos tiene toallas.

Abrí los bolsillos de los costados de mi pantalón y no encontré nada más que papel y un condón. Palpé los bolsillos traseros y delanteros y no había nada.

- Mierda. - Susurré y suspiré tallándome la cara intentando alejar las ganas de llorar. Necesito amigas mujeres.

- ¿Estás bien? - Una voz femenina se escuchó del otro lado de la puerta. No.

- Si. - Respondí dudosa. - De casualidad ¿tienes una toalla? - Pregunté con algo de vergüenza y la desconocida rió dulcemente.

- Claro. - Dijo y unos segundos después una mano fina se asomó sosteniendo una toalla por debajo de la puerta del cubículo. Gracias a todos los dioses.

Salí del cubículo unos segundos después con la cara ardiendo en vergüenza y vi a la agradable desconocida afuera con una sonrisa pero al ver mi cara cambió su expresión a una de pánico. Oh aquí vamos de nuevo.

- Dios mío, ¿qué te pasó? ¿necesitas que llame a la policía?

- Tranquila, no fue nada. - Dije con una pequeña sonrisa. - Al menos gané la pelea. - Guiñé un ojo y ella soltó una pequeña risa negando.

- ¿Estás bien? ¿Necesitas algo más? - Dijo amable y más relajada a lo que yo negué con una sonrisa sincera.

- Gracias...

Bad Guy [Roger Taylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora