Capítulo XXXX

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La situación en la que ambos jóvenes se encontraban era muy comprometedora y si alguien se percataba, podían fácilmente malinterpretar lo que sucedía y los problemas, no se harían esperar. Aunque, muy pocas veces un acercamiento de aquel tipo, podía llegarse a malinterpretar, porque todos, incluyendo ellos sabían lo que en verdad significa. Como si fuera alérgica a su toque, Erin intentó apartarse de James, lo cual fue algo estúpido porque el muchacho tenía mucha más fuerza que ella, podía notar como a través de su traje, sus músculos se encontraban tensos y su agarre seguía igual de firme que antes, James la miraba, solo quería hacer eso, podría morir justamente en ese momento y sería el hombre más feliz, analizaba cada pequeño rasgo que no recordaba de su rostro, parecía la misma, pero James podía notar los cambios que había sufrido con el pasar de los años y a diferencia de él, que se encontraba agotado como un hombre de cincuenta años, ella parecía tener esa chispa de juventud viva en sus ojos aún, a pesar de ser una mujer casada con unos veintitantos.

¿Tendrá hijos? ¿Es feliz con él?

Cosas así eran las que pasaban frente a su cabeza, sin dejar de mirarla quería descubrir todos los secretos que ahora desconocía de ella y todo lo que había ocurrido con su pasado  luego de que por solamente su culpa, se habían separado.

—No haz respondido. — murmuró nuevamente, llamando la atención de la joven, que también se había perdido por instante en sus ojos.

—Eres un imbécil. — contestó, volviendo a la realidad y reviviendo todo lo que él le había hecho. Con un golpe seco en su estómago, hizo que le joven la soltara por fin y se encargo de tomar distancia rápidamente.

—Auch. — James coloco una mano en su estómago y a pesar del dolor, no podía dejar de pensar que era el golpe que más le había agradado en toda su corta vida. — no sabía que eras tan fuerte. — dijo sonriendo.

—No lo puedo creer. — comentó más para ella misma que para él. — tú si que tienes hagallas James Buckley. — negó con su cabeza mientras su ceño se fruncia levemente. — ¿Cómo te atreves a acercarte a mí después de todo lo que sucedió? — cuestionó enojada.

Y tenía razón, hasta ese momento James no había tenido tiempo para evaluar la situación con claridad, él la había engañado, él la había abandonado y luego de tres años de silencio, se encontraban y él la tomaba en sus brazos como si aún fuera suya, como si tuvieran algo en común aún. Pero, la triste realidad llegaba cuando entendia que lo único que los unía, era el recuerdo de algo que ya formaba parte del pasado de ambos, solo eso. Entonces, se disculpó, sintiéndose como un imbécil, justo como ella lo había llamado.

—Nunca tuve tiempo para explicar lo que sucedió. — argumentó, intentando encontrar una vaga excusa para seguir hablando con ella y poder admirar su perfil todo el tiempo que fuera posible.

—No tienes que explicarme nada. — dijo con la voz arisca. — todo lo que sucedió, lo sé de memoria y ya lo superé, así que si tienes cargos de conciencia, ve a la iglesia y dona unos cuantos millones para sentirte bien contigo mismo.

A James le sorprendió la fuerza y el odio que parecía tenerle, pero sabía que sí en dado caso ella lo odiaba, tenía razones suficientes como para hacerlo y ni siquiera estaba en condiciones para discutir un mejor trato, porque no se lo merecía.

—Me odias. — hizo una pequeña pausa para coger aire. — lo merezco. — reconoció. — soy merecedor de todo esa ira, rabia y dolor que se esconde detrás de tus ojos, no hay nadie más que merezca todo ese rencor como yo. — sentenció relamiendo sus labios de forma nerviosa, porque sabía que se estaba condenando. — pero, han pasado tres años y yo aún no puedo sacarte de mi mente.

Erin de paralizó, fue como si todo lo que llevara por dentro se detuviera, sus sentimientos le pedían comprensión para el joven, pero su orgullo no estaba dispuesto a aceptar una disculpa barata dentro de un baño femenino.

” y quizás es mi castigo. — continuó diciendo, luego de notar que Erin no diría ni una sola palabra. — la vida me castiga de está forma por haber cometido tal error y créeme cuando te digo que día a día, pago las consecuencias y no cancelo precisamente con dinero. — sus ojos se cristalizaron e hizo un gran intento para no romper en llanto. — mi vida es un caos desde que tú no estás. — aseguró. — lo único que me mantiene cuerdo, es mi hijo.

Erin lo observó y no pudo evitar sentir como su corazón se encogia antes las rebeldes lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos en contra de su voluntad, quiso acercarse a él y aliviar un poco el dolor, porque sabía muy bien lo que se sentía estar en esa posición, pero se mantuvo inmóvil, guardando la misma distancia que había obtenido luego de lanzar aquel golpe, su lado más humano y sensible pedía a gritos abrazar al joven afligido, pero sabía que sí acercaba, perdería toda su compostura y probablemente comenzaría a llorar en sus brazos como una niña pequeña la cual se cae sobre sus rodillas de el columpio.

” se que no puedo pedirte nada. —dijo, respirando con fuerza. — si quieres puedes irte. — sugirió y aguardo unos segundos, esperando la acción de la pelinegra, la cual no siquiera se inmutó. — solo quiero que me escuches y algún día quizás, puedas perdonarme.

La joven iba a responder, pero unos pasos y una voz muy conocida para ella se oía a la lejanía, poco a poco se acercaba Terrence, exclamando su nombre como si pensará que Erin de había perdido entre los pasillos del salón.

—Escondete. — pidió, mirándolo rápidamente mientras su corazón se aceleraba.

James negó y Erin se acercó velozmente a él.

—Si quieres habla podemos hacerlo en el nuevo restaurante que abrieron en Sojo. — indicó hablando extremadamente rápido, con los pasos de Terrence de fondo. — el miércoles a las 15:00.

Y luego de decirlo, intento empujar al joven hasta un cubículo, fue hasta entonces que complacido por su persistencia, James comenzó a moverse hasta desaparecer del lugar por completo. Erin salió, un poco agitada, pero tratando de mantener la calma para que su esposo no notará nada fuera de lugar.

—Demoraste mucho, pensé que te habías perdido. — Terrence bajó la mirada y se topó con la excelente vista que tenía de los pechos de su esposa, así que no le tomó mucha importancia a su respiración.

—Lo siento, no encontraba el baño. — murmuró, inventando una mentira con la misma velocidad que tiene una bala antes de lograr algún impacto.

Terrence sonrió, aunque su esposa se disponía a caminar para salir lo más rápido de aquella zona de peligro, él decidió hacer lo contrario y la arrastró dentro del baño nuevamente, luego colocó el seguro. Ella miró a todos lados en busca de James, pero no lo consiguió, en lo que si se pudo percatar fue justamente como los hambrientos labios de su esposo se clavaban en su cuello, besando con deseo. Erin no pudo asustarse más, estaba ahí, en el mismo lugar que James, con su esposo atacando su cuello sin ningún pudor, justo como si fuera un animal salvaje y solo rezaba porque aquello terminará.

—No es el lugar. — musitó, tratando de que James no pudiera escuhcharla. — vamos a casa Terry. — pidió.

Sí algo había aprendido Erin con el tiempo que llevaba al lado de Terrence Kennedy, es que aquel diminutivo junto a una súplica, era la manera más eficaz que descubrió para que el escocés convirtiera sus deseos en órdenes, está vez no fue la excepción, se separó de ella y sonrió con picardia.

—Si seguimos así, llenaremos esas habitaciones vacías con hijos más rápido de lo que creemos. — comentó divertido.

Erin hizo una mueca y ambos salieron tomados de la mano. Cuando por fin el silencio se hizo perpetuo, James comenzaba a recuperar el aliento, había escuchado todo y sólo podía pensar en que había perdido a la mujer de su vida.

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Mis babys he estado pensando ¿les gustaría un maraton? 🤔 Si es así déjenlo en los comentarios 👇🏻👇🏻

Por otra parte dejo éste pequeño apartado para darles gracias a todas y todos por el apoyo que he recibido, así como también por los buenos comentarios que he recibido ❤️

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