Erin había llegado a su habitación después de un cansado turno nocturno, su cuerpo estaba pesado y necesitaba urgentemente una ducha, pero antes tenía algo que leer, una carta que descansaba en la pequeña mesa de noche. No cabía duda de que la única que poseía llave de su habitación era Adelaide, tenía que haber sido ella la que le trajera la carta hasta su habitación y sabía muy bien de quien era.
Mi amada Erin.
Tu me recuerdas a las estrellas de la noche, a la luna llena que se asoma por mí ventana, pienso en ti cuando el sol sale y justo cuando se esconde. Eres como las estaciones, perfecta a tu manera.
Decirte que te extraño ya no hace falta, pues en las cartas anteriores, ha quedado más que claro que una parte de mi corazón se fue en tu equipaje ese día cuando te marchaste, podría acusarte de robar mi corazón, pero yo también sería cómplice de caer en las redes del amor. Y si amar fuese un pecado, yo sería el peor de los pecadores.
Mi hermana suele preguntar por ti, quiere saber cómo eres y yo he tratado de hacer una descripción exacta de ti, todavía recuerdo tu rostro como si fuera ayer, y son tan nítidos que guardo dentro de mí corazón. Mi alma anhela un abrazo de tu parte, mi ojos desean verte sonreír una vez más, mis oídos quieren escuchar que nunca más te iras, mis manos quieren sentir tu piel y mis labios quieren unirse con los tuyos una vez más.
Tuvo que tratarse de una obra del destino, que deseaba que nuestras almas de cruzarán aquella noche nublada, Dios sabe porque hace las cosas que hace. Quizás si mi auto no hubiera estado averiado, o no hubiera salido tan tarde de mi práctica de esgrima, quizás no te hubiera conocido y ese sería uno de los errores más grandes en mi vida.
En ésta tierra del desastre, llena de demonios, tu eres un ángel, tan frágil y delicada como una pieza de porcelana. Llena de valentía y tenacidad, que jamás había tenido la oportunidad de conocer a una mujer como tú, en busca de la felicidad y de su propio destino.
¿Y yo? Estoy tan perdido, intento mantenerme fuerte por mi madre y mi hermana, pero ni siquiera se cual ha sido mi motivo para estar vivo ahora mismo, a parte de tenerte a ti, todo a sido borroso para mi, es frío o caliente, blanco o negro, los puntos medios en mi vida, jamás han existido y creeme intento no meterme en problemas, ser la persona que todos desean que sea, pero tengo una guerra en mi mente.
Aunque, esa ha sido la manera en la que mi padre ha querido que viva mi vida y aveces creo que voy a volverme absolutamente loco, tomó mi cabeza entre mis manos e intento no gritar, estoy tan solo en la noche y de alguna manera, cuando siento que la soledad me abraza a la hora de dormir y que de alguna manera he sido nominado para ser el rey de la tristeza ¿Dime Erin, que se supone que debo de hacer?
No todo está perdido cariño mio, he podido sobrevellar esté peso toda mi vida, que creo ser capaz de esperar lo que haga falta, hasta que la guerra termine, para estrecharte en mis brazos y no soltarte jamás. Tu eres como la primavera y yo soy el invierno, tu eres la luz y yo la oscuridad, el día y la noche, el blanco y el negro, el sol, la luna y las estrellas
Nuestro amor es tan inmenso como un desierto y tan profundo como el mar. Yo soy un artista y tu eres mi musa, está vida es mía, pero sin duda alguna, tu me diste esas ganas de vivirla.Algunos de atreven a decir que la vida imita al arte, pero si me preguntas a mi, yo creo que el arte te imita ti.
Esperar por tu respuesta se ha convertido en la única tortura que estoy dispuesto a enfermarme con alegría, revisa el interior del sobre, te tengo una sorpresa para que siempre me recuerdes, incluso cuando ya no tengas una buena memoria.
Siempre tuyo, Jim.
A punto de ponerse a llorar, Erin dejó las hojas que James había escrito sobre su cama y busco dentro del sobre y ¡Vaya sorpresa! No era nada más y nada menos que una fotografía de James, había pasado un año desde que había comenzado su servicio, un año desde que no veía a James desde aquellos días y seguía igual de guapo que antes, con el porte de un joven elegante, posaba con naturalidad, como si estar frente a una cámara fuera lo suyo, la fotografía en blanco y negro de un tamaño pequeño era lo suficientemente grande para que Erin sintiera su corazón arder en las llamas del amor.
En esos instantes deseo tanto estar en Londres, poder ver al hombre que a pesar de la distancia le arrancaba los suspiros y se robaba la tranquilidad de sus sueños. Quería tenerlo frente a frente, para sentir el calor de sus brazos, quitarse la sensación amarga de la lejanía que hoy los separaba. Y no podía dejar de observar la fotografía, que al verla la llevaba inmediatamente a un viaje por el pasado, recordando como lo había conocido.
Sonrió inconscientemente y cerró sus ojos, dejándose llevar por los recuerdos que su mente le estaba mostrando, continuó pensando en James todo el tiempo e incluso cuando se fue a dormir, James aparecía en sus sueños, como una figura familiar, alguien en quien había depositado toda su confianza, su fe y esperanza.
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Detrás Del Uniforme
Historical FictionLa vida de Erin parecía resuelta, siendo una joven bien parecida no era difícil que una propuesta de compromiso por su mano llegará, pero su mayor deseo iba más allá de un matrimonio ligeramente consensuado. En medio de un mundo sumido en la guerra...