CHAPTER ONE: SUZIE, DO YOU COPY? II

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Part two: the beginning of the end, again

Steve aparcó el coche delante de la casa de los Sinclair. Habían comido hamburguesas del pequeño restaurante del pueblo porque, aunque había muchos locales de comida rápida en el Starcourt (incluido el McDonald's que Grace tanto añoraba), Lucas y Steve defendieron a muerte que las mejores hamburguesas estaban en ese restaurante. Y, aunque eran deliciosas, las Mayfield jamás admitirían que ellos tenían razón.

-Bien, mierdecilla. Tu parada. -Steve se giró por encima de su asiento para mirar al niño. Aunque ya no eran tan niños pues en esos meses habían pasado por la explosión hormonal característica del inicio de la pubertad y se notaba que eran adolescentes. Mike superaba a Grace en altura desde marzo.

-Son veinte dólares. Siete de la hamburguesa y trece por el viaje. -le dijo divertida Grace a lo que Steve asintió.

-¿Va en serio? -preguntó confundido Lucas. Aunque el grupo se metía con ambos adolescentes gran parte del tiempo, siendo una batalla mutua, cuando Lucas estaba con Grace a solas le era más difícil verla como una amiga en vez de como a la hermana mayor de Max. Y sabía que Grace podía ser realmente aterradora y cumplir su amenaza de romperle el cuerpo como le rompiese el corazón a Max (sin importarle que era Max la que le había dejado ya cinco veces por estúpidas peleas).

-Por supuesto. Tengo un coche que comprarme y queremos irnos de escapada romántica. -Max, a su lado, rodó los ojos y le sacó el dedo de en medio a su hermana.

-Ni caso. El mundo está más seguro sin que ella tenga coche. – Max abrió la puerta de su lado y se bajó. Grace bajó la ventanilla, se desabrochó el cinturón y sacó medio cuerpo por ella para ver a su hermana.

-¿Tú también con esas mierdas? Vamos, peque. Si no supiera conducir no tendría carnet. Y que yo sepa no he matado a nadie.

-De momento. -dijeron Steve y Max al mismo tiempo. Grace les miró con la boca ligeramente abierta y una mirada ofendida. Lucas aprovechó que Grace estaba distraída para bajar del coche e ir junto con Max a la entrada de su casa.

-El único que se fía de mis habilidades para conducir es Billy.

-Billy nunca te ha visto conducir.

-No le hace falta para saber que conduzco bien. -Steve rodó los ojos divertido y tomó la mano de Grace, dándole un ligero apretón. Ella sonrió y se giró para ver por la ventanilla a Max y a Lucas- Son tan monos que me dan ganas de llorar.

-Lo son. Pero mi pareja favorita sigue siendo Mileven.

-Son monos también. Pero mi corazón siempre estará con Lumax.

-¿Y qué hay de...? ¿Stace? Dios, nuestro nombre de pareja es horrible. -Grace se rio y volvió a mirar por la ventanilla justo en el momento en que los niños se daban un corto beso de despedida. Max volvió al coche con una sonrisita boba después de eso- ¿Delante de la casa de los padres? Que atrevida, Mad Max. -comentó divertido antes de arrancar.

-Cállate. -ordenó, con las mejillas rojas y los brazos cruzados sobre su pecho- Atrevido es que cueles a Grace en tu casa con tus padres ahí.

-Sí. Somos una mala influencia. -asintió su hermana. Sacó de su pequeña mochila un cigarro y lo encendió- Pero es porque compartimos habitación, si no sería Steve el que se colase en casa.

-Sí. -asintió el castaño, mirando por el retrovisor a su cuñada- A ver cuando te vas a dormir con El y nos dejas la habitación libre.

-Dais asco. -Max arrugó la nariz y ambos se rieron- No, en serio, dais puto asco. Me quitáis las ganas de hacerlo cuando esté preparada.

HEART OF GOLD ;; Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora