CHAPTER FIVE: THE NINA PROJECT III

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Part three: The psycho our new roommate


-Hey, Henderson. -llamó Steve a Dustin cuando el menor tomó con determinación el camino hacia el baño.

Steve sabía que lo más lógico era buscar pistas en la planta de abajo con Max y Lucas, cubrirían más terreno y tardarían menos en largarse de esa casa que le ponía los pelos de punta. Mirase donde mirase había telarañas y Steve odiaba las arañas. Eran asquerosos bichos con un nombre asqueroso de patas y de ojos. Pero Grace había decidido ir por su cuenta y eso no le gustaba nada. Su plan era entrar con ella en la habitación del crío de los Creel y forzar que formase equipo con ellos dos, pero Dustin había pasado de largo y se había ido directo al baño. Y odiaba eso porque sabía que Grace, en el peor de los casos, podría protegerse ella sola. ¿Pero quién iba a proteger a Dustin si no era él?

Las palabras de Grace durante su discusión todavía hacían eco en su cabeza. Al principio, una de las cosas que menos entendía y más admiraba de las Mayfield era su relación. ¿Cómo era posible que pudieses formar ese vínculo con alguien de tu propia familia? Su familia era una pesadilla y estaba deseando perderlos de vista, al menos a su padre, incluso durante un tiempo dejó de anhelar tener hermanos y comenzó a agradecer ser hijo único porque así no tendría que lidiar con más idiotas con sus mismos genes. Pero Grace y Max estaban unidas con una cadena invisible: eran inseparables, el apoyo incondicional de la otra, la persona que más querían en su mundo. Y tuvo envidia porque pensó que si él hubiese tenido un hermano o hermana su vida familiar podría haber sido más soportable, sobre todo cuando en el 84 toda su vida social empezó a desmoronarse. Y esa envidia también la sintió cuando Billy pasó de ser el enemigo común de las Mayfield a ser su hermano mayor. Sintió que no solo Billy le había ganado en el instituto, sino que también lo había hecho en un terreno más personal.

Pero estaba Dustin. Robin y Grace bromeaban mucho sobre la manera en que Steve se había vuelto la madre de unos críos desagradecidos, incluso Grace le había hecho un regalo para el día de la madre. Y, en cierto modo, tenían razón. Se preocupaba por esos estúpidos críos, igual que se preocupaba por Nancy, Robin o Jonathan, no quería que nadie más muriese. Pero con Dustin era diferente, con Dustin se había dado cuenta de que siempre había tenido un hermano pequeño, solo que vivían separados.

Aunque muchas veces lo irritaba y quería matarlo, Steve ya no podía imaginarse un futuro sin Dustin. Se lo pasaban bien juntos, se contaban las cosas, se preocupaban mutuamente. Steve le hizo una presentación detallada sobre todo lo que tenía que saber para triunfar en el instituto y lo llevo y recogió el primer día de clases para saber todo lo que Dustin había vivido (y encontrarse con que ahora admiraba al maldito Eddie Munson). Desde que hicieron equipo para descubrir qué había pasado con Dart que había empezado a nacer una amistad entre ellos, una amistad entre dos hijos únicos que evolucionó hasta considerarse hermanos. Así que sí, Steve podía entender perfectamente el miedo y la angustia de Grace cuando Max entró en trance, porque solo de imaginar que Dustin podía morir sentía ganas de gritar hasta desgarrarse las cuerdas vocales.

-¿Qué?

-¿Te importaría aclarar qué clase de pistas estamos buscando? -Dustin se detuvo y Steve se acercó con ligera preocupación, mirando hacia la pared que él miraba por si había descubierto algo.

-El mundo está lleno de obviedades que nadie advierte ni remotamente. -le contestó en un tono misterioso, una sonrisa cómplice y con un acento que a Steve le pareció ridículo. Steve frunció el ceño sin entender qué le pasaba al crío y cuestionándose si Dustin era idiota o se estaba quedando con él- Sherlock Holmes. -clarificó con su voz normal y un tono de obviedad. Pero Steve se quedó igual- Dios. -murmuró antes de alejarse de él.

HEART OF GOLD ;; Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora