HEART OF GOLD ;; Steve Harrington

CHAPTER THREE: THE MONSTER AND THE SUPERHERO I

Part one: Another damn brainstorm 

-Vale. ¿Y ahora qué?

El grupo se giró para mirar a Robin. Acababan de salir de la cabaña del tal Rick dejando a un paranoico Eddie dentro porque necesitaban hablar de qué iban a hacer ahora que volvía a haber una brecha.

-Nos vamos a casa. -opinó Grace con calma y con un tono racional- Ninguno de nosotros ha avisado que pasaríamos la noche fuera y, tal y como está el pueblo, lo mejor es que evitemos una búsqueda policial innecesaria. -se pasó la mano por la cara y señaló hacia el cobertizo, viendo como Eddie les espiaba- Si Vecna le quiere atacar lo hará tanto si estamos como si no, y si es una fuerza que ni siquiera es tangible de nada nos va a servir el bate.

-Grace tiene razón. -apoyó Steve y Grace le dio una sonrisa agradecida. Seguían manteniendo esa sintonía de guardianes- De nada va a servir que nos quedemos. Ya sabemos dónde está, guay. Pero tenemos que prepararnos para lo que se viene y avisar a los demás. Mañana vendremos a comprobar que ni ha muerto ni se ha vuelto loco.

-¿Qué? ¿De verdad vamos a dejarlo solo? Corre peligro. -se quejó Dustin con indignación y señalando a Eddie, que seguía mirándoles por la ventana.

-No voy a morir por Eddie Munsen. -clarificó con obviedad el castaño- Estamos en la fase cero y ya sabes lo que toca: localizar al resto y reunir información.

-Vale. -aceptó Dustin tras unos segundos meditando- Pero si vamos a dejar a Eddie aquí le vamos a traer provisiones y un walkie.

Satisfechos con su acuerdo, se despidieron de Eddie y subieron al coche. Esta vez Grace se sentó atrás, abrazando a Max por los hombros y acariciándole la cabeza. Era algo que hacía con Max desde que era pequeña y siempre funcionaba para que se quedase dormida. Quería darle algo de paz, de tregua de la realidad, quería compensarle por su ausencia. Todos estaban cansados por lo que nadie habló durante el viaje. Steve dejó primero a Robin y después a Dustin porque quería pasar más tiempo con Grace.

-¿Quieres que te lleve al videoclub a por el Camaro? -Grace abrió los ojos adormilada y le miró pensativa- ¿O te llevo a casa y te ayudo a meter a Max en la cama?

-He vuelto a entrenar. Trabajo de entrenadora de las animadoras. -le comentó con un brillo de orgullo en la mirada- Vuelvo a tener fuerza para meter a Max yo sola en la cama.

-Vamos, no te hagas la fuerte.

-No me lo hago. -contestó de inmediato, aunque era mentira. Grace no quería que Steve viese la realidad de las Mayfield en Hawkins. Sonrió con burla- ¿Qué pasa, Steve? ¿Te da miedo que sea más fuerte que tú?

-¿Por qué? ¿Has conseguido abrir los tarros de pepinillos sin ayuda? -contestó él con el mismo tono de burla- Mira, mejor para mí porque estoy cansado de ser el niñero. -Grace se rio por lo bajo y Steve sonrió orgulloso porque hacía nueve meses que no la hacía reír auténticamente- Igualmente me espero y te acerco al videoclub. Hawkins vuelve a ser peligroso por las noches.

-¿Sabes? La primera noche que nos conocimos, cuando te ofreciste a llevarnos en tu coche. -Steve asintió para confirmarle que se acordaba. Claro que se acordaba, había sido el destino el que le había hecho tomar un desvío y pasar por ahí- Le dije a Max que en este pueblo de mierda no podía pasar nada interesante. Que si alguien desaparecía lo encontrarían enseguida. -ahora fue el turno de Steve de reír.

-Joder, Mayfield, nos gafaste.

-No es verdad.

-Claro que sí. Es como salir de un examen y decir que te ha ido bien. Automáticamente, se te pone un suspenso.