CHAPTER EIGHT: THE BATTLE OF STARCOURT I

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Part one: Guys, we gotta stop hanging out like this.


-¡Traedme un cuchillo o una navaja o algo! -gritó Grace por encima de los gritos de dolor de El.

-¿Qué mierdas vas a hacer? -preguntó la pequeña pelirroja mirando con terror a su hermana. Grace no tenía formación médica profesional más allá de la teoría de los libros o de lo que la enfermera le había explicado. Además, su época como animadora solo le había enseñado a tratar con traumatismos, ligeras conmociones y huesos rotos y dislocados, no a hacer cirugía improvisada.

-Oh, nada. Apuñalarla en el corazón. -respondió ella con sarcasmo y dándole una mala mirada- ¿Qué mierdas te crees que voy a hacer, Max?

-Habladle. -ordenó Jonathan. Él tampoco tenía ninguna formación médica, pero estaba seguro de que no era buena señal que El fuese gritando cada vez menos- Mantenedla despierta, ¿vale? -y echó a correr seguido de Astrid hacia las otras barras para buscar cualquier cosa que a Grace le sirviese. Mientras, Grace se levantaba de un salto y corría a otro de los mostradores.

-El, El, no te duermas.

-Respira, saldrá bien.

-Te lo vamos a sacar en seguida, ¿vale?

-No tiene tan mala pinta. -intentó animar Robin, aunque sentía ganas de vomitar- En mi equipo de futbol teníamos una portera, Beth Wildfire, y otra chica le pegó un patadón en la pierna y se le salió el hueso de la rodilla. Fue una locura.

-Robin. -le reprimió Steve. La castaña dejó de mirar con nerviosismo la pierna de la niña para mirarle a él- No ayudas.

-Perdón. -respondió ella. Jonathan y Astrid volvieron corriendo, con un cuchillo, guantes y servilletas.

-¿Dónde está Grace? -preguntó Jonathan con desespero, mirando a su alrededor. Y como si Grace les hubiese escuchado, salió corriendo del baño- ¿A dónde has ido?

-A buscar un botiquín. En la tienda de batidos tienen uno desde que Ken casi pierde un dedo. -respondió ella, arrodillándose de nuevo frente la pierna de El y dejando el botiquín a un lado. El botiquín solo tenía gasas, tiritas, alcohol e hilo y aguja, pero era más que suficiente. Jonathan y ella se pusieron los guantes y Grace cogió el cuchillo- Lo has desinfectado, bien. -felicitó cuando notó que la hoja desprendía cierto calor. Cogió el alcohol y una gasa y limpió la herida de El, haciéndola gritar y retorcerse todavía más de dolor

-Sujetadla con fuerza. -ordenó Jonathan al resto. Mike la tomó de los hombros, Max de un brazo, Lucas del otro, Nancy de la cintura, Steve de la pierna buena y Jonathan de la mala- Esto te va a doler, ¿vale, cielo? Pero será rápido. -le dijo en un tono calmado y ciertamente maternal, como cuando le curaba a Max una fea herida.

-Dadle esto. -Astrid, todavía sin poder mirar aquello, le pasó a Mike una cuchara de madera- Es para que lo muerda, le vendrá bien.

-Vale. -Grace, con el corazón yéndole a mil por hora y su pulso estando extrañamente firme, miró la pierna y acercó la hoja del cuchillo- Lo siento mucho, cielo. -le dijo antes de empezar a hacer un limpio corte sobre su herida. Los chillidos de El eran amortiguados por la cuchara de madera, el grupo tuvo que hacer más fuerza para sujetarla y el resto exclamaba cosas con sorpresa y asco- Bien, bien, ya queda menos. -intentó animarla. Dejó el cuchillo a un lado y miró a Jonathan- ¿Las pinzas?

-No había pinzas. -Grace le miró con sorpresa y después a la herida abierta.

-¿Y cómo se lo sacamos? ¿Le pedimos que salga amablemente?

HEART OF GOLD ;; Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora