CHAPTER FOUR: DEAR BILLY I

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Part one: I keep losing and losing my heart


Aprovechando que estaban en la calle principal, Grace se fue a buscar el Camaro. Se sentía mal por haberlo dejado tanto tiempo sin vigilancia y podía imaginarse a Billy reprochando que cuidase así el coche. Robin se subió con ella, decidida esta vez a tener una charla de chicas sobre sentimientos.

-Vamos a hablar de Steve. -afirmó mientras caminaban hacia el videoclub. Grace rodó los ojos- Oh, sí, señorita. No puedo soportar más ser una hija del divorcio.

-¿En serio? -Grace le miró divertida y Robin se encogió de hombros- Muy bien, hija mía. ¿Qué te preocupa? -Grace abrió el coche y ambas entraron.

-Podéis, por favor, por mi bien y el de todos los que tenemos que aguantar lo ridículos que sois, ¿volver ya? ¡Es que es exasperante! -Robin puso los brazos en jarra e infló las mejillas- Tengo a Grace superada, pero que no se vaya a algún lado sin que la vigile. -dijo con una voz más grave, queriendo imitar a Steve. Entonces cambió su posición y se cruzó de brazos con el ceño fruncido- No hay nada de que hablar de Steve, pero Eddie, te lo suplicó, no le rebanes el pescuezo. -Grace alzó una ceja incrédula ante el tono agudo que Robin había usado. Cuando el Camaro pasó por delante de la biblioteca, Nancy arrancó y las siguió- Sois patéticos y lo siento mucho porque eres mi mejor amiga y no te tendría que llamar patética, pero lo eres.

-Es complicado, Robin.

-¡Claro que no lo es! Complicado seria si estuvieses enamorada de una mujer porque, sorpresa, las lesbianas no son socialmente aceptadas. Pero un amor heterosexual y de película como el vuestro es lo que se describía como el sueño americano. Y entiendo que te tuvieses que ir, perdiste a tu hermano, no puedo imaginarme lo horrible que es porque soy hija única. Pero al final todo se resume en una pregunta: ¿tú lo sigues queriendo?

-No lo he dejado de querer.

-No me vengas con esas mierdas, Grace... Espera, ¿lo has admitido? ¡Lo has admitido! Dios, creía que tendría que robarle suero de la verdad a los rusos.

Grace no le encontraba sentido a ocultar sus sentimientos. Los había estado ignorando durante meses porque no se sentía con fuerza para afrontarlos y aceptarlos, pero si algo le enseñaba Hawkins era que podían morir en cualquier momento. No había ninguna lógica en callarse lo que sentía cuando existía la posibilidad real de que Steve muriese sin saber que no había dejado de pensar ni un día en él. Incluso estaba dispuesta a admitirlo si Steve le preguntaba. Pero Steve no le preguntaba, porque Steve salía con otras tías.

-Pero, en serio, es complicado. -Grace hizo una pequeña mueca y se apresuró a hablar antes de que Robin lo hiciese- Steve me dijo que estaba saliendo con otras chicas. Por mucho que se preocupe por mí, no tiene que significar que es del modo romántico. Además, estamos luchando contra un hechicero oscuro de otra dimensión. No hay tiempo para dramas adolescentes, bueno, casi adultos.

-¡No me seas hipócrita, Mayfield! -Grace se giró para mirarla ofendida- Lleváis desde que llegaste al pueblo enfrentándoos juntos a esta mierda y con vuestros dramas de adolescentes. -una noche que Steve se había emborrachado le había contado, melancólico, como se conocieron y la noche de la doble victoria en que cerraron el portal y Grace le besó- ¿Y ahora en que cambia? En que los dos estáis tan aterrados por pensar que el otro ya no os quiere que preferís ser víctimas de Vecna. Joder, los heteros lo tenéis todo fácil y os empeñáis en complicarlo. -Grace no podía negar que Robin tuviese razón, demasiada para su gusto. Quería decírselo y preguntarle por Vicki, pero el walkie hizo ruido de estática y aquello captó su atención.

HEART OF GOLD ;; Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora