HEART OF GOLD ;; Steve Harrington

CHAPTER FIVE: THE NINA PROJECT II

Part two: In the wolf's mouth

-Yo solo digo que estamos yendo directos a lo que podría ser perfectamente la guarida de Vecna. -comentó Robin desde el asiento de copiloto.

Nancy y Grace no tardaron en despertar al resto, con una coordinación que parecía ensayada. Como continuaban asustados por el ataque de Max y sabían que Vecna seguía rondando por Hawkins, decidieron que lo mejor era continuar unidos en todo momento. Por eso subieron al coche de Nancy porque continuaba siendo el más espacioso de todos. Grace había decidido subirse en la parte de atrás con Steve, compartiendo el maletero, porque, aunque no habían hablado de nada, no podían evitar hacer cosas para pasar el máximo tiempo juntos. Steve no dejaba de recordar la noche anterior, refugiándose en la seguridad de tener a Grace a su lado. Reflexionaba sobre todo lo que quería decir y se planteaba cuando sería el mejor momento. Joder, la tendría que haber besado. Había señales por todas partes y él se quedó callado. Dustin tenía razón cuando le llamaba idiota.

-No te quejes, que podría ser peor. -le dijo Steve mientras recordaba la manera traicionera en que lo habían llevado a la guarida de los Demoperros mientras estaba inconsciente. Grace levantó la mirada del interior de su mochila y le miró con los ojos entrecerrados.

-Tenías una conmoción, no te iba a dejar solo. -le reprochó y Steve, lejos de molestarse, sonrió orgulloso porque Grace podía seguir leyéndole la mente- Además, ya os hemos dicho que es una pista.

-Era la casa. -opinó Max, sacándose momentáneamente los auriculares.

-Max, la música. -le reprocharon Steve y Grace al mismo tiempo. Max rodó los ojos y volvió a ponerse los auriculares.

No tardaron mucho más en llegar a la abandonada casa de los Creel. El imponente edificio de tres plantas todavía conservaba rastros de su belleza y la manera en que las plantas crecían libres a su alrededor le daba una belleza tétrica.

-Joder. -murmuró Steve cuando se detuvieron para contemplar la casa- Esta casa da miedo.

-Cobarde. -le respondió Dustin antes de emprender la marcha. Steve se giró para mirar con indignación a Grace, pero la pelirroja reía por lo bajo mientras seguía al grupo- Eh, ¿alguien tiene un martillo? -preguntó cuando vio que, igual que las ventanas, la puerta estaba tapiada.

-Yo. -contestó Grace de inmediato. Se descolgó la mochila y la dejó en el suelo para rebuscar mejor- ¿Qué? -preguntó al ver las miradas de confusión del grupo- Estoy preparada para todo.

Y era verdad. Por muchos kilómetros que hubiese puesto de por medio, Grace no podía olvidarse de Hawkins. Durante aquellos seis meses no había dejado de temer que aquellos horribles monstruos la hubiesen seguido hasta San Diego. Al principio, la sensación de peligro era demasiado abrumadora (y más con su ansiedad por los aires) por lo que decidió preparar un kit con todo lo necesario para emergencias: botiquín, linternas, pilas, un hacha de mano, diversas herramientas, cuerda, laca para hacer un lanzallamas, compresas... Iba actualizando la mochila cada cierto tiempo y la tenía siempre cerca de ella. Las primeras semanas la llevaba siempre colgada de la espalda, y a medida que iba sanando la podía dejar días en el maletero del Camaro.

-Te roban el puesto de madre. -murmuró Robin con diversión a su amigo. Steve rodó los ojos, aunque por dentro estaba sorprendido de la previsión de Grace, y cogió el martillo que Grace sacaba de su mochila.

-Acabemos con esto de una vez antes de que se haga de noche. -Grace sacó otro martillo y se puso al otro lado de la puerta a quitar los clavos- ¿Y qué se supone que buscamos en este antro?