HEART OF GOLD ;; Steve Harrington

CHAPTER FOUR: WILL THE WISE II

Part two:  The charms of Billy Hargrove

Grace no se arrepentía de haberse abierto a Steve. Le preocupaba que Steve pudiese mirarle ahora de otra manera, mirarla como si fuese una víctima, pero se sentía tan bien sentirse apoyada.

Ella siempre había creído que las personas que cogían confianza tan rápido eran estúpidas. Consideraba que la confianza era algo que se tenía que ganar poco a poco, ir cuidando primero la relación y paso a paso se ganarían la confianza. ¿Pero en una semana? Era una gilipollez. Y ahí estaba ella, abrazada a Steve Harrington después de haberle contado su mayor secreto porque Steve era de esas personas con las que sentía que todo estaba bien. Steve era un protector nato y a Grace no le hicieron falta muchas interacciones para saberlo.

Y era justo lo que Steve sentía en aquel momento, que debía proteger a Grace. Él había sentido una conexión con Grace desde el mismo día en que la conoció. No cuando llegó a clase, levemente nerviosa y con una sonrisa burlona, sino la noche en que la vio en la carretera andando con Max. Sí, después de lo que pasó con Will, Steve se hubiese parado por cualquiera para evitar así un nuevo secuestro sobrenatural (porque, aunque aseguraban que era imposible, uno nunca sabe con los monstruos). Pero cuando sus ojos se toparon con los de Grace simplemente sintió algo en su pecho que no sabía como explicar. Era algo agradable, algo que experimentaba en sus pocas, pero intensas interacciones con la pelirroja.

Steve se separó con cuidado, pensando cuidadosamente su próximo movimiento. No quería que Grace se sintiese incómoda y no quería que continuase estando triste. Así que, ignorando la punzada en su corazón cuando vio su máscara de pestañas algo corrida, sonrió como si no supiese nada.

-¿Entonces animadora? -preguntó curioso y con un tono alegre. Buscó en sus bolsillos un pañuelo y se lo dio. Grace le sonrió agradecida y se movió parar mirarse en el espejo retrovisor- ¿Me muestras algún baile?

-En tus sueños, Harrington. -le dijo divertida, agradecida porque no sacase el tema. Se pasó el pañuelo por debajo del parpado inferior, odiando haber llorado.

-Vamos. Incluso podrías enseñarme algunos pasos o alguna pirueta de esas. ¿Crees que te podría coger al aire? -Grace le miró de reojo con una mueca divertida, haciendo como que se lo pensaba- Oye, la respuesta a esa pregunta no es tan complicada. Claro que podría cogerte.

-Bueno, nunca lo sabremos porque no te voy a enseñar ningún baile. -le devolvió el pañuelo y se sentó de nuevo en su asiento. Le observó, notando las pecas en su cuello. Desvió la mirada de la zona en concreto y la posó sobre el volante, con una idea rondándole en la mente- ¿Me enseñas a conducir?

(...)

Ninguno de los dos era realmente consciente de la hora que era, y tampoco les importaba. Steve, sin cuestionar, aceptó de inmediato y arrancó el coche para ir a las afueras de la calle principal donde prácticamente las calles estaban desiertas. Steve creía que iba a ser fácil enseñarle a conducir, con Nancy ya lo había hecho algunas veces y se le daba bien. Pero Grace era torpe con los pedales, calando el coche varias veces. Steve se burlaba de ella, diciendo que no entendía como una animadora podía tener tan poca coordinación. Le costó por lo menos una hora que Grace se acostumbrase a los pedales, las marchas, los espejos... Y aún tenía muchas cosas que mejorar, lo que significaban más clases como aquella. Pero no se desvió de la carretera y acabó estrellándose contra un árbol, cosa que Steve agradecía.

-Tengo que admitir que parece más fácil en las películas. -confesó Grace, sentada en el capo del coche de Steve con él a su lado. Steve la miró divertido mientras le daba una calada al cigarro que Grace le había ofrecido- Eso o tú eres un pésimo profesor.