CHAPTER FOUR: THE SAUNA TEST II

6.1K 436 76
                                    

Part two: Oh, right, the Russian trap

Grace se mostró implacable con su decisión de no involucrar a Erica. Una cosa era que Dustin estuviese metido pues Dustin ya tenía experiencia enfrentándose a cosas peligrosas. Además, Erica era una niña, Grace dudaba que pasase los diez años. Y no iba a dejar que una cría de diez años fuese sola a la guarida de unos rusos malvados y armados. Dustin y Steve estuvieron cuarenta y siete minutos discutiendo con ella sobre eso.

-He dicho que no. -declaró firmemente la pelirroja, cruzándose de brazos para mirarles a los dos. Dustin bufó molesto y Steve la miró con una ceja alzada, sabiendo lo cabezota que era Grace.

-Vale, Grace, nena, cariño, amor, vamos a repasar nuestras opciones. -empezó a decir Steve, por séptima vez. Alzó su puño y elevó un dedo- Primera, le rompemos los huesos a Dustin para que entre.

-Ni de coña. -se quejó el nombrado. Steve alzó otro dedo.

-Segunda, me enfrento al ruso o nos enfrentamos al ruso.

-No queremos morir. -continuó diciendo Dustin. Steve asintió y alzó un tercer dedo.

-Tercera, dejamos que los rusos malvados continúen haciendo cosas malvadas en Hawkins.

-No podemos permitirlo. -finalizó Dustin. Grace rodó los ojos y empezó a enumerar también con sus dedos.

-Uno, no podemos decirle la verdad. Dos, es una niña pequeña. ¿Qué mierdas va a hacer si se encuentra en problemas? Tres, es la puta Erica Sinclair, pocas personas tienen su carácter y no nos va a salir barata. Cuatro, ¡es una maldita cría! Y quinto -Grace bajó todos sus dedos menos el del medio- que os jodan.

-¡Es nuestra mejor opción! -respondieron los dos al mismo tiempo.

-¡Que no! -Steve rodó los ojos, cansado de que Grace no pudiese ceder en eso y ver que era su mejor opción (como Robin lo había hecho) y señaló al conducto.

-¿Entonces qué? ¿Quieres entrar tú ahí o qué? Porque no tenemos otra mejor idea que no sea la de meter a Erica.

Grace Mayfield tenía miedo de tres cosas en aquel mundo. La primera, de quedarse a solas con Neil. La segunda, de los payasos. Grace odiaba cualquier cosa que tuviese que ver con los payasos y eran invitados recurrentes en sus pesadillas. Y, por último, los espacios pequeños. Su claustrofobia le venía desde que tenía siete años y ella y su padre se quedaron encerrados en un ascensor durante tres horas. Steve lo sabía y por eso no había sugerido a Grace para entrar en el conducto, por mucho que la pelirroja fuera de hombros y cadera estrecha y pudiese entrar con menos dificultad que Dustin. Y creía que usando ese argumento lograría hacer entrar en razón a Grace, pero no contó con que a Grace le podía más la cabezonería que el sentido común.

-Pues entro yo. -Grace sonrió tensa y a Steve se le borró cualquier mueca victoriosa para dejar paso a una de sorpresa. Grace le quitó la linterna a Dustin y fue hacia las escaleras.

-Grace, no. -se apresuró a decir Steve, tomándola de la muñeca para impedir que avanzase. Grace dio un tirón a su brazo y empezó a subir las escaleras, toda ella tensa y con las manos temblorosas- Grace bájate de ahí.

-Es Erica o yo, ¿no? Si tengo que entrar yo en este maldito agujero para que no tengamos que involucrar a la niña, lo haré.

-No. Basta. Es una idea estúpida. Más estúpida que la de enfrentarse al ruso. ¡Grace! -Steve se apresuró a subir los escalones tras su novia en cuanto esta metió medio cuerpo en el conducto, pero Grace movió su pierna para evitar que se acercase- ¡Esto es ridículo!

-¡Ridículo tú! -respondió ella, con la voz trémula.

Grace cabía casi a la perfección en el conducto de ventilación. Pero era un espacio mucho más pequeño del que ella se pensaba. Notaba el frío metal en todas las partes de su cuerpo, como un recordatorio de que estaba encerrada en un conducto de metal. Cerró los ojos, imaginándose que en realidad estaba en un amplio prado para así poder calmar su respiración. Pero en cuanto los volvió a abrir el conducto se había hecho más pequeño y Grace apenas podía respirar bien. Unas manos se aferraron a su cintura y tiraron de ella, sacándola del conducto. Steve posó a su novia sobre su hombro y, con cuidado, comenzó a bajar las escaleras. Una vez en el suelo, puso a Grace frente a él y la tomó de las mejillas para que lo mirase a los ojos. Grace, que ya estaba volviendo a respirar con normalidad, soltó un pequeño bufido por tener que ceder.

HEART OF GOLD ;; Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora