HEART OF GOLD ;; Steve Harrington

CHAPTER EIGHT: PAPA I

Part one: We are fucked. Very, very fucked.

-¡Eddie no tiene Total Eclipse of the Heart! -gritó Erica mientras llegaba corriendo al salón de la caravana.

Aquellas palabras solo sumieron más a Steve en el desespero, quien contaba cada segundo que pasaba, temiendo que a Grace se le acabase el tiempo. Había hecho de todo para despertarla y nada funcionaba y que Eddie no tuviese la cinta que podría salvarla era la peor noticia que podía recibir en aquel momento.

Claro que sabía que Grace podría ser una víctima. Incluso ella misma lo había dicho. Y no lo tuvo en cuenta, no la protegió lo suficiente. Si tan solo hubiese tenido más cuidado con el portal, su novia no estaría luchando por su vida.

-¡Buscad cualquier cosa! -gritó en respuesta. Pudo notar el salado sabor de las lágrimas- ¡Y daos prisa! -Erica asintió y salió corriendo de nuevo hacia la habitación de Eddie. Habían pasado dos minutos y era más o menos el tiempo que Max estuvo en trance antes de alzarse en el aire- Joder, Grace, lucha. -pensó en lo que podía hacer y lo único que se le ocurrió fue ponerse a cantar él mismo la canción de Bonnie Tyler.

-¡Steve dice que os deis prisa! -gritaba Erica mientras entraba a la habitación de Eddie, donde todo el grupo buscaba con desespero cualquier cinta que significase algo para Grace.

-¡Ya, no jodas! -gritó Dustin con el mismo desespero que Max y Steve. No solo es que Grace fuese parte del grupo, es que Grace había sido como una hermana para él- ¡Lo estamos intentando!

-Es que no encontramos nada -añadió Nancy mientras tiraba al suelo las cintas de una caja y se ponía a buscar con Max entre ellas.

-¡Venga ya! ¿Qué es toda esta mierda? -se quejó Robin, sentada en la cama, con un puñado de cintas entre sus manos. Eddie se acercó y la miró desesperado y confuso.

-¿Pero qué estáis buscando? -preguntó mientras dejaba más cintas en la cama.

-Madonna, Bonnie, Bowie, Journey. ¡Música! ¡Necesitamos música!

-¡Esto es música! -exclamó Eddie con enfado mientras sujetaba una cinta de Iron Maiden al lado de su cabeza.

-¿Qué canciones tienes de Iron Maiden? -preguntó Max con algo de esperanza al ver las cinta que Eddie tenía- ¿Tienes 22 Acacia Avenue? -porque si eso no funcionaba, Max rompería la ventana del Camaro y buscaría entre las cintas de la guantera.

Mientras tanto, Grace volvía a encontrarse en la habitación donde Brenner había tatuado a Henry, esta vez viendo más claro el tatuaje que lo marcaba como el primero de sus experimentos. Bueno, más bien el que le permitiría llevar a cabo sus experimentos. Se estaba empezando a marear de tanto salto entre los recuerdos de Henry y todo aquello le estaba poniendo cada vez más nerviosa. Pensaba que sería más fácil enfrentarse a Vecna, que él vendría a por ella. Pero Vecna la esquivaba entre sus recuerdos y Grace no entendía por qué lo compartía con ella, no entendía lo que ella tenía de especial.

-Ya está. -decía Brenner mientras limpiaba el exceso de tinta de la piel de Henry- No duele demasiado, ¿verdad? No tienes nada que temer. ¿A que no, Grace? -aquello la puso en alerta. La había estado ignorando durante todo su monólogo y ahora volvía a interesarse por ella. Brenner se giró para mirarla, con los ojos blancos y un semblante monstruoso- ¿Por qué no tomas asiento?

-Chúpamela. -le dijo antes de salir por la puerta.

Acabó en un pasillo de paredes salpicadas de sangre de los cadáveres del suelo. A lo lejos se escuchaban unos gritos ensordecedores de dolor y la luz parpadeaba tétricamente. Pero no era todo eso lo que le heló la sangre, sino el imponente monstruo que se imponía ante ella. Parecía estar formado de las enredaderas monstruosas del Upside Down y Grace pensó que por eso Vecna estaba consciente de todo lo que ocurría ahí, porque él era parte del Upside Down. ¿Habría creado él los monstruos o solo los habría dominado? No, Grace no podía divagar en esos momentos. Tenía que centrarse en el plan: negociar con Vecna la salvación de Max, matar a Vecna o herirlo de gravedad y salir con vida. Fácil, ¿verdad?