V. Nada personal

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Ya era la hora de reunirnos, estaba demasiado nerviosa y emocionada. Iba camino al parque, tomé un camión y me dirigí al centro de la ciudad. Ya casi daban las 3 de la tarde en el reloj de la catedral a un lado del parque, sentí que alguien atrás de mi venía caminando, paré mi marcha por un momento y volteé hacia atrás, dándome cuenta de que estaba nadie más que Andy, que sorpresa.

—Hola. —me saludó sonriendo.

—Hola. —respondí un poco incómoda.

—¿Ya llegaron las demás? —continúe caminando mientras él me seguía.

—Acabó de llegar. —apresuré mi paso.

Me alcanzó y se puso a caminar a un lado mío. Me senté en una banca y fue ahí cuando me di cuenta de que prácticamente estábamos solos.

En eso vi que Silvia llegó, traía la revista en la mano y suspiré de alivio al ver que se acercaba cada vez más. Andy estaba parado, mirando a todos lados y buscando a las chicas con la mirada.

Silvia se sentó a un lado mío y comenzamos a hablar, a la lejanía podíamos ver a Polly acercarse, con Emy por un lado, Luna y Majo llegaron en un auto juntas, Pau, Nicky y Jessica se bajaron de un camión y corriendo se dirigieron hasta donde estábamos todos. Una vez estábamos juntos hablando, Andy interrumpió la plática individual que teníamos.

—Bueno, como bien saben, estamos aquí para hablar del viaje. —finalmente se sentó—. Como ya saben, yo seré su ayudante, pero no las acompañaré en su travesía. —parecía que estábamos hablando con un abogado.

—¿Qué haremos? —habló Polly nerviosa.

—Esperen, primero escuchen. —respondió Andy en un tono tranquilizante—. Silvia, dame la revista, por favor. —Andy se acercó a ella y extendió su mano en señal de que quería la revista, Silvia sin más remedio se la dio.

—Gracias. —le sonrió.

Andy abrió la revista y directamente fue al apartado donde se encontraban las canicas, el título claramente lo decía todo; "Acompáñame a Atravesar El Tiempo". Sacó las canicas y las apuñó con cuidado. Se acercó a mi y me las extendió, las tomé entre mis manos y las acuné.

—Por favor, repártelas. —me dijo sonriendo.

Asentí y me paré de la banca, fui dando canica por canica hasta que todas las presentes tenían una, por supuesto que me quedé con una para mi.

—Como ya deben de saber, esa canica será el medio por el que podrán viajar. —Andy sacó unas tijeras.

Comenzó a recortar la página donde estaban los teléfonos de papel.

—¡Oye! —Nicky le gritó.

—Déjalo. —expresó Pau—. Él sabe lo que hace, déjalo, Nicky. —tranquilizó a Nicky.

—Es necesario. —pronunció el chico.

Después de que terminó de recortar los teléfonos, los repartió.

—Tomen y escriban lo que se les pide. —nos dió plumas de tinta negra a todas—. Es importante que piensen muy bien todo antes de escribirlo, porque una vez escrito no hay marcha atrás. —dijo en un tono severo.

Claramente nos espantamos, estábamos sorprendidas. Nos miramos entre todas y comenzamos a llenar los teléfonos con información.

"Nombre: Carla Espinoza
Edad:..."

—En donde dice "edad", pongan la edad que deseen tener al momento de viajar, recuerden que seguirán creciendo y su edad no se estancará a menos de que así lo deseen, y si así lo quieren, de igual manera pueden seguir creciendo cuando quieran. —aclaró.

Cristalina // Rubén Gómez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora