Viernes 24 de abril de 1987.
El día de ayer habíamos ido a una tienda de electrónicos.
Aproveché para comprar una cámara instantánea nueva, ya que a la otra se le habían acabado los cartuchos; y una cámara de video.Gasté casi todos mis ahorros pero creo que valió la pena.
Le había pedido a Raymond que distrajera a Rubén lo más que pudiera para tenerlo afuera del cuarto toda la tarde y parte de la noche.
Me encerré en mi habitación y comencé a preparar todo para el pastel de cumpleaños del niño, estaba esperando a Sergio para que me ayudara, y más que ayudarme, para pasar un buen rato.
Escuché que alguien tocó la puerta, emocionada caminé hacia la gran pieza de madera y giré la perilla para abrirla.
—Hey... —mi tono animado se desvaneció.
Enfrente de mi estaba Silvia, se le veía seria y avergonzada.
—¿Puedo pasar? —preguntó mirándome.
—Claro. —abrí la puerta y la cerré una vez entró.
De manera inmediata me dirigí a la cocina y comencé a sacar todo lo restante del refrigerador y alacena para el pastel.
—¿Qué vas a hacer? —se dirigió hasta la cocina y se sentó en una de las sillas detrás de la barra.
—Un pastel para Rubén ya sabes que soy tan malagradecida y vil, y le haré un pastel solo por ser él. —expresé enojada mientras fruncía el ceño.
—Escucha, quiero hablar contigo. —llamó mi atención alzando la voz.
—¿Qué me vas a decir? —la miré—. ¿Ahora qué?, ¿que soy una qué? —me acerqué a ella y crucé mis brazos.
—Ya, tranquila. —expresó—. Perdón por no haber ido a visitarte, de verdad estaba enojada contigo por lo de la noche anterior; se que no estabas en tus cinco sentidos.
Resoplé y ablandé mi rostro.
—Mira, ni siquiera se que fue lo qué pasó, perdón si dije o hice algo malo. —suspiré.
Rodeé la barra y salí de la cocina para darle la mano.
Ella la tomó, jaló mi brazo bruscamente y me dio un abrazo.—No sabes lo mucho que me alegra que estés bien, no fui por puro orgullo pero estaba realmente preocupada.
—Gracias. Te quiero mucho. —me costó decirlo, pero era el momento.
—Y yo a ti.
Escuché un suspiro de su parte y me estrujó entre sus brazos. La envolví con mis extremidades y sonreí levemente.
—Parecías un payaso esa noche. —rio.
—Que mala eres. —me reí junto con ella.
—¿Necesitas ayuda con eso? —señaló hacia donde estaban los ingredientes.
—Solo si estás libre. —me sonrió y comenzamos a leer la receta.
Una vez terminamos de preparar el pan de chocolate, comenzamos con el betún.
Escuchamos unos pasos acercarse a nuestra puerta y después como ésta era golpeada.—¿Sí? —abrí la puerta y mi sonrisa se desvaneció al ver a Edgardo junto con Sergio.
—¿Por qué estás cubierta con betún? —señaló mi rostro.
—Perdón. —tallé mi rostro buscando quitar la crema—. ¿Se le ofrece algo? —limpié mis manos con el mantel que cubría mi pecho y torso.
—Esta noche, en mi cuarto a las 9:30. Y no respondiste mi pregunta. —se fue con el chico por detrás.
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Cristalina // Rubén Gómez
Fanfiction-En Edición- "... cristalina, niña luz, niña luna. Nada brilla como tú, niña luna..." ¿Qué pasa cuando no aceptas la época que te toca vivir? Probablemente una depresión al no poder conocer a tus ídolos, pero, ¿qué pasa si descubres que de alguna ma...