(Trilogía de Math Fridman)
Novela LGBT Vol. 1
¡MUY PRONTO EN FÍSICO!
Un mafioso hijo de puta con gustos un poco perversos. Un jovencito de malos modos, repartidor de periódicos de día, y mesero de noche.
¿Qué tienen en común? Uno cumplir con su par...
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— ¡Henry baja eso!—Grito. Poco caso que me hace. Me lanza la lámpara que da contra el espejo del tocador haciéndolo añicos.
Me ha despertado con un poco de agua fría que me echo en la cara. Del susto he saltado en la cama y fui a dar al suelo. Me ataco con el cinturón y me he tenido que levantar a la velocidad del rayo.
— ¡Maldito hijo de puta! ¡Desgraciado infiel!
Ha tomado la otra lámpara y corro a la pequeña sala de estar. Me escondo tras los sillones esquivando lo que seguro, será una buena partida de cabeza. Me ha reclamado lo de Byron. Joon tenía razón, es Henry y debí suponer que se pondría como fiera salvaje. Que fiera, es una bomba que ha explotado. Ha destrozado la habitación el solo. Y eso que no puede mover bien el otro brazo.
Sacó todos los refrescos y botellas de agua del Frigobar y me las ha lanzado mientras me ha hecho correr por todo el cuarto.
—Henry bebé. Baja la lámpara y hablemos.
—Voy a matarlo. Yo no seré su puta burla maldito imbécil ¡¿Cómo pudo?! ¡Es nuestra luna de miel!—menea la lámpara buscando un buen ángulo para lanzármela. No dejo de moverme, no quiero morir desnucado por una maldita lámpara de hotel.
—Ya te dije que no pasó nada. La gente miente, no bese a ese chico. Lo juro bebe lindo. Solo fui amable con el pero nada más. Créeme, yo no me revolcaría con nadie.
— ¡No le creo maldito!—y me avienta la lámpara. Me voy de espaldas impactando contra el suelo. Me ha dado en la cabeza. Enseguida un líquido caliente corre por mi frente. Veo estrellitas y me zumban los oídos. Mis manos son llevadas arriba de mi cabeza y son atadas con algo. No puedo moverme, estoy tratando de aclarar imagen.
Siento un peso sobre mí y recibo un par de bofetadas que me hacen regresar a la conciencia de forma brutal.
— ¿Henry?
—No imbécil. Soy Byron. ¡Claro que soy Henry grandísimo estúpido!
Y me impacta otra bofetada. Tiro de mis manos y estoy atado con un cable que ha asegurado a la pata de un sillón.
—Henry, ¿Qué crees que haces? Suéltame o te juro que…
— ¡¿Qué?!—me toma de los cabellos y me mira fijo. —No creo que pueda hacer mucho. Iba a ponerme el cuerno en mi luna de miel. Es usted una rata asquerosa e infiel, pero créame cuando le digo que me las pagara.
Y se levanta de mi regazo para desvestirse delante de mí. Queda sin nada de ropa y para mi deleite, se ha depilado completito. Hay joder, solo de verlo me empalmo como un animal. Me gusta su cuerpo, delgadito y bien contorneado.
—Henry bebe, desátame y déjame tocarte. Venga.
Se niega a mi suplica. Mueve un sillón y se sienta frente a mí, a piernas abiertas para mi deleite visual.