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En el intercambio de regalos anoche, le toco Daniel mi chofer y este le ha regalo un condenado iPod donde se la pasa escuchando música

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En el intercambio de regalos anoche, le toco Daniel mi chofer y este le ha regalo un condenado iPod donde se la pasa escuchando música. En mala hora se lo regalo. Pero bueno, siendo intercambio de regalo él dice que está bien. Que cada quien regala lo que quiere y puede.

En el desayuno hemos discutido porque no me gusta que use los auriculares pues cuando le llamo no me escucha. Me ignoro en todo el día y se los coloco para tirarse en el sofá y dormir mientras yo me encerré en la oficina a revisar pendientes con Joon.

Ahora que ha caído la noche se ha empeñado en ir a la casa de sus padres porque con ellos y con sus amigos quiere despedir el año y recibir el año nuevo. Y es que no pide permiso joder, solo avisa. Hemos discutido hasta el cansancio de nuevo porque yo no quiero que vaya y el que sí. Ni que decir de cuando ordene a Betty encerrar a esas malditas bestias peludas en el sótano mientras el dormía. El maldito perro decoró la alfombra y ese condenado gato se limo las uñas en mi sillón. Se puso como loco buscándolos por toda la casa hasta que los escucho llorar en el sótano. Tiro la puerta para sacarlos y me amenazo con ahogarme con la almohada cuando yo duerma. Ante los gritos por toda la casa, Joon tuvo que intervenir para calmarlo. Estaba como loco. Maldito carácter del condenado muchachito. Solo explota.

Joon me convenció de dejarle ir con sus padres y prometió no separarse de él.  En compañía de varios escoltas le he dejado ir porque no quiero seguir discutiendo. Yo me la he pasado parte de la noche en mi habitación leyendo. Hice algo de ejercicio, volví a leer, me di un buen baño, vi algo de televisión y estoy aburrido. Sebastián y Betty se fueron a festejar con su familia. Y pensar que anoche la casa estaba tan llena y escandalosa por su culpa. Henry.

El consiguió armar tremendo fiestón en un ratito y ahora estoy solo en la mansión. Seguro esta ebrio festejando en casa de sus padres. Claro yo aquí solo. Se llevó a sus horribles mascotas a las que les compro ropa de Santa y Elfo. ¿Quién disfraza a sus macotas? Menuda ridiculez. Ojala se esté portando bien.

Veo la hora y ya casi dan las doce de la noche. Otro año que lo recibiré solo en mi mansión, un nuevo año con la misma mierda. Cierro mi libro que dejo en mi mesita de noche y apago todo. Si esta con Joon está seguro. Ya los veré en la mañana. Me acomodo para dormir pero enseguida escucho llegar el auto. Vaya, creí que amanecería cantando con sus amigos. No tarda mucho en que escucho que alguien sube corriendo las escaleras y enseguida la puerta de la habitación de Henry que está al frente de la mía es azotada con violencia. Enciendo la luz de nuevo y salgo de la cama para ver qué rayos sucede. Cuando salgo al pasillo  veo a Joon que viene subiendo.

— ¿Qué ha pasado?—cuestiono a este que suspira y se rasca la cabeza.

—Discutió con su madre no sé porque así que nos hemos venido. No ha dejado de llorar. He preguntado pero no me ha dicho nada.

¿Qué habrá pasado en la dichosa fiesta? Qué raro. Aunque bueno, conociendo ahora en relieve el carácter de su madre, no dudo que cuando ambos discuten, explotan como bomba.

𝓜𝓪𝓽𝓱 𝓕𝓻𝓲𝓭𝓶𝓪𝓷 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora