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Hemos viajado por suerte sin contratiempos

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Hemos viajado por suerte sin contratiempos. Excepto que tuvimos que esperar veinte minutos a Joon pues no llego a dormir a casa tal como me lo dijo. Apenas Sebastián le entrego su equipaje, montamos la limusina. No pienso preguntar qué le pasa porque voy a esperar que me lo diga el en su momento.

Henry tuvo un poco de miedo en el avión pero en mis brazos se quedó tranquilo y dormido después de darle sus pastillas para evitar dolor en su hombro. Antes de aterrizar le desperté para que viera lo precioso que es el caribe. Cancún es sin duda muy bonito. Sus playas son preciosas.

Nos hemos instalado en el hotel y compartimos habitación con cama doble. Me ha hecho berrinche pero le he insistido que yo no duermo con nadie. A tanta lucha y pleito me ha entendido. Joon se ha quedado en la de a lado.

Nos hemos dado un baño y me he puesto un bañador negro y me aplico un poco de bloqueador en la cara frente al espejo. No soy de tomar mucho el sol pero si de disfrutar del ambiente. De pronto lo veo salir del baño. Me giro para ver bien qué demonios se ha puesto.

— ¿Le gusta?—pregunta mientras gira frente a mí.

—Me encanta como te ves bebé pero…no vas a bajar así a la piscina ¿Cierto?

Se ríe y me abraza. Me quita el bloqueador que lanza a la cama y me dice que lo que se ha puesto se llama bañador Pull&Bear. Joder, si sé que son pero el problema es que a él le queda muy corto y es muy ajustado. Tiene un bonito trasero moreno respingón que seguro a más de uno como a mí, levantara suspiros y una que otra mirada. Ni que no hubiese hombres gay en Cancún.

¡Mierda!

Me niego, insiste y yo que no. Se enoja y sale hecho un demonio de la habitación cerrando de un portazo. Se va con Joon. Voy por él y se niega abrirme la puerta. Por suerte Joon abre la puerta pero no me deja entrar. ¡Y joder con el cuándo se pone de parte de Henry!

Le llamo desde la puerta y no me hace caso. Lo veo que se ha metido a la cama de Joon para ver televisión. Vaya cosa con el carácter del condenado.

—Sin gritos. Henry confía en mí—Joon me deja pasar después de hacerme rogar. ¡Rogar a mí para hablar con el berrinchudo de mi esposo!

Le llego a la cama y le llamo pero no me hace caso. Demonios, en serio que me desconozco. Rogando por un beso y su atención. ¿Qué demonios ha hecho Henry con Math Fridman? Me tiene.

—Bebé, lo siento. Es tu culpa por ser tan lindo. Deberías ayudarme con esto si sabes que me joden los celos.

—Pero yo soy solo suyo. No debería armarme tanto drama que no soy una damita que necesita que le cuiden el culo. ¿Verdad Joon?

Joon se hace mejor el desentendido y termina de peinarse frente al tocador. Se ha puesto un bañador igual y lo admito, tiene más tatuajes que yo. Juraría que tiene algunos nuevos.

—Henry de Fridman, vas a salir de la cama y vas a darme un beso. No seas así con tu esposo que lo único que quiero es cuidarte.

Lo tironeo del tobillo y se resiste. Me avienta la almohada y me regaña. Joon interviene, que puedo lastimarle el hombro y ahora los dos contra mí. Termínanos a los gritos con Henry ganándolas como siempre. Que si no lo dejo en paz con lo del bañador no bajara a la piscina.

𝓜𝓪𝓽𝓱 𝓕𝓻𝓲𝓭𝓶𝓪𝓷 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora