(Trilogía de Math Fridman)
Novela LGBT Vol. 1
¡MUY PRONTO EN FÍSICO!
Un mafioso hijo de puta con gustos un poco perversos. Un jovencito de malos modos, repartidor de periódicos de día, y mesero de noche.
¿Qué tienen en común? Uno cumplir con su par...
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"Que tú hijo de buenas a primeras llegue y te diga que es gay y que se va a vivir con un hombre mayor del que está muy enamorado, no es algo que toda madre espera escuchar de un día para otro. Sin embargo siempre he respetado las decisiones que toma Henry pues ya está bastante grandecito como para saber lo que hace. Él es un buen chico; trabajador, de buenos valores muy bien inculcados y de buen corazón. Sabe defenderse solo así que no necesito decirle que lo cuide como a una gema preciosa porque eso sería una reverenda estupidez. Usted no es un niño, Henry tampoco y yo no soy ninguna estúpida. Usted es ahora responsable de él y espero que lo asuma como todo un hombre. No estoy en contra de la relación de ambos pero si algo llegara a pasar, Henry siempre tendrá las puertas abiertas de su casa. Si él quiere volver su padre y yo lo recibiremos con los brazos abiertos. ¿Está claro?"
Esas fueron las palabras de la madre de Henry en cuanto me la presento y conversamos en la oficina. Henry no acertó a decir nada cabeza baja sentado al lado de su madre pero con una cara de pocos amigos. La señora Evangelina es una mujer muy hermosa con un carácter fuerte, de pocas palabras y muy directa. Ahora sé de dónde saco ese genio el condenado diablillo. Después de esa charla Henry la llevo a la mesa que ocuparía con su padre y algunos de esos raros amigos a los que se atrevió a invitar.
Yo por mi parte me tuve que poner doble vendaje, algo de cocaína para motivarme. Opte por no pastillas hoy pues quiero estar muy despierto para cuando Henry me regale una caja de abejas seguramente. Condenado chiquillo. Ese traje sencillo que se entallo se le ve lindo lo admito. Se ha puesto la costosa corbata que le regalo precisamente su madre y mando a la mierda el traje que Sebastián le escogió. Discutió conmigo cuando le dije que debía cambiarse y ponerse algo más elegante. Me corrió de su habitación y me mando a no sé dónde y ya no recuerdo cuantas veces.
Los invitados uno a uno fueron llegando quedando muy impresionados por la dichosa cena-fiesta que Henry organizo. Debo decir que me han felicitado por lo bien que luce todo y admito que tiene buen gusto el geniudo. Que no es de mi pero les gusta, están fascinados. Las esposas de algunos hasta han bailado en la pista que Henry dejo en medio de las mesas. Todos han traído regalos pues se encargó de avisarles que se haría intercambio de regalos y los invitados felices de participar han llegado muy sonrientes cargando presentes. Vaya cosa, eso jamás lo había escuchado en mi vida.
A todos les he presentado a Henry como un amigo "intimo" que ha decidido vivir conmigo y con ello saben a dónde voy con eso. Nadie se atreve a cuestionarme nada pues me conocen. Les sorprende sin duda que viva conmigo y que le haya dejado organizar dicho evento. Si como no, si supieran que fue el quien se tomó esas atribuciones. Policías, Jueces, abogados, personas muchas del medio político que reciben jugosos cheques mensuales, todos están sorprendidos y encantados con Henry que debo decir, tiene un aura que encanta a más de uno. Les agrada a todos.
No ha dejado de andar de arriba abajo supervisando que todo este saliendo a la perfección. Ha contratado el servicio del restaurante de Kevin y ayuda con algunas cosas en la cocina. Me es tan molesto que me ignore, llevo rato conversando con amigos en las copas y conversaciones del negocio que simplemente estoy fastidiado. Con todos habla, tiene esa facilidad para hacer amigos. A mí ni caso que me hace. Es más, cuando lo enfrente que dejara de atender las malditas mesas en una pasada a la cocina, solo recibí más insultos y me ordeno regresar a mi mesa o me daba con la charola en la cabeza.