Jueves, un precioso día. Restaurante Las Brisas, en el centro de la hermosa ciudad de New York. Un mes más y navidad hará acto de presencia. Pinta un buen clima fresco hoy. No sé por qué tengo un buen presentimiento. Como cuando algo bueno va a pasarte. Qué bueno, no sé de qué me extraña si a mí siempre me va bien.
— ¿Crees que puedes citarme para jugar a engañarme? No te creas tan listo Jetro. Tú y yo sabemos que hay más gente detrás de la traición de Donovan, y eso podría no se, incluirte.
Jetro ante mi acusación, traga saliva. Sus nervios son evidentes. Me tiene miedo el infeliz.
—Ignoro de que me habla señor Fridman. Yo sería incapaz de traicionarle y usted lo sabe—se defiende.
—No lo sé Jetro. Yo no soy tu jodida almohada como para saber que putas piensas antes de conciliar el sueño. Digo, si es que puedes dormir en paz.
Mi tono denota molestia, y él no es ningún pendejo. Se tensa con lo dicho. El puto juez de la ciudad se acalambra, el miedo está en sus ojos. Es más, puedo olerlo.
—Si yo caigo, usted también—se atreve amenazarme.
No, a mi nadie me amenaza. No delante de Joon. Esté, que ha permanecido a mi lado de pie, toma lugar en la silla que esta al lado de Jetro. Lo dejo que haga su trabajo.
Le pasa el brazo por la espalda y le susurra al oido, de tal forma que yo lo escuche mientras tomo de mi copa.—Escuche mi querido juez, si eso que acaba de decir es una amenaza a mi jefe, debe saber que visitaremos a su esposa e hijos. No querrá pasar Navidad usted solo, bajo el pino abriendo regalos incluso de sus nietos. Eso…eso sería muy triste. ¿No cree?
Ese es mi muchacho, es Joon, mi medio hermano menor en dos años. El se ha convertido en mi mano derecha no por nada, y sabe lo que quiero y pienso incluso antes de yo decirle.
—No…no lo estoy amenazando—Jetro tiembla. Es un cobarde, siempre lo he sabido.
—Pues mucho cuidado con lo que dice señor juez.
Joon le da un par de palmaditas en la mejilla y se levanta de la silla.
—Joon, deberías probar este vino. Es exquisito, ¿te parece si pedimos otra botella? El señor juez paga. ¿No es así señor juez?
Miro a este sentado frente a mí y veo que el color le volvió al rostro.
—Claro—se acomoda la corbata—, yo invito señor Fridman.
—Siéntate Joon y acompáñanos. Hoy estoy feliz, no sé porque sigo teniendo el presentimiento de que hoy, será un día maravilloso. Puedo oler un cambio en mi vida, una suave brisa me dice que todo estará mejor. ¿Usted que dice señor Juez?
Jetro me mira y sé que está pensando; en que soy un maldito y quiere verme muerto.
—Así es señor Fridman. Hoy es un buen día. Uno para cerrar ciertos negocios— y levanta su mano para llamar a un mesero.
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𝓜𝓪𝓽𝓱 𝓕𝓻𝓲𝓭𝓶𝓪𝓷
Teen Fiction(Trilogía de Math Fridman) Novela LGBT Vol. 1 ¡MUY PRONTO EN FÍSICO! Un mafioso hijo de puta con gustos un poco perversos. Un jovencito de malos modos, repartidor de periódicos de día, y mesero de noche. ¿Qué tienen en común? Uno cumplir con su par...