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En la habitación le he explicado a Henry como será el juego y está de acuerdo

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En la habitación le he explicado a Henry como será el juego y está de acuerdo. Un poco nervioso pero si quiere jugar. Me encanta que quiera probar. Nos hemos dado de nuevo un buen baño con agua caliente y solo esperamos a que llegue la cita.
Hemos pedido a un mesero nos consiga unas cuerdas que aguardan en la cama. Esto será sin duda divertido.

En bata, ve una película metido en cama, mientras yo intento comunicarme con Joon pero nada. Me manda fuera de línea. Debió salir por ahí.

La puerta suena y cuando abro, es Calvin llegando a la hora acordada. Se lo presento a Henry y los tres nos ponemos cómodos en la sala de estar. Conversamos un poco con unas copas para relajarnos y conocernos. Calvin tiene los ojos azules y es de piel apiñonada. Es mayor que yo pero muy apuesto.

Me pide permiso para entregarle un regalo que le ha comprado a Henry. Le digo que está bien.

Henry lo toma y cuando lo ve se pinta su cara tan roja como un tomate. Es un conjunto rojo de lencería de cuero con ligas. La tanga es transparente como el sostén.

— ¿Te gusta? —le pregunta Calvin—, puedes usarlo solo si tú quieres.

Henry me mira.

—Solo si tú quieres bebé. Ya lo escuchaste—le digo y se ríe.

—Si quiero. Iré a cambiarme—y se levanta de mi lado para irse al baño.

A solas con Calvin, le doy instrucciones precisas sobre mi bello esposo. Que es su primera vez jugando y está consciente de como serán las cosas. Henry decide el ritmo del juego y hasta dónde quiere llegar. El hombre es bastante experimentado como yo en los juegos calientes. Es Henry, mi pequeño pero quiero esto; verlo en el juego.

Enseguida sale del baño en bata y me levanto para abrazarlo y besarlo.

— ¿Recuerdas tu palabra de seguridad? Puedes usarla si quieres que me detenga—le susurro.

—Está bien Daddy.

Lo tomo de la mano y lo llevo para ponerlo frente a Calvin. Me posiciono detrás de mi pequeño y paso mis manos adelante para sacar el nudo de la bata, y esta se va al suelo.

—Joder—suelta Calvin.

Se remueve en el sillón, le gusta lo que ve. Mi pequeño se ve caliente, apetecible en el conjunto. El rojo le sienta bien.

— ¿Te gusta lo que ves Calvin?—le pregunto y paseo mis manos por el cuerpo de Henry.

—Me encanta—responde este mientras mira con lujuria a mi pequeño.

Le doy un beso a Henry en el cuello y lo dejo ahí para que Calvin se deleite de vista un momento. Me voy a la cama por las cuerdas. Cuando vuelvo Calvin me pide permiso para tomar su mano y le digo que sí.

—Eres bonito. Eres pecado, eres lujuria personificada, eres deseo,  eres infierno y quiero que me muestres que tanto puedes quemar—y le da un beso en el dorso.

𝓜𝓪𝓽𝓱 𝓕𝓻𝓲𝓭𝓶𝓪𝓷 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora