Silencio.
Nadie ha hablado. Hemos ordenado una Pizza grande que deje el escogiera. He pedido mi soda en un vaso y que degusto mientras reviso mi teléfono.
Lo escucho carraspear pero no lo miro. Le escribo a Joon me consiga mis pastillas, me jode la espalda de nuevo y seguro no tarda en molestarme la cabeza.
Carraspea de nuevo y sigo ignorándolo. Lo hace de nuevo pero no conseguirá que lo mire.
— ¿En serio le diría todo eso a mi padre?—habla por fin. No respondo, estoy enojado. —Le estoy hablando pedazo de animal.
Me arrebata el teléfono.
—Henry, dame eso ahora. Es mi teléfono.
Se ríe, me enarca una ceja. Me amenaza con no devolvérmelo si no le respondo. Termino haciéndole caso cuando veo que lo guarda en el bolsillo de su saco que se volvió a colocar en el auto por el frio. Es friolento, lo sé.
Le digo que si le contaría todo a su papa y que en serio haría mi mejor drama con él. Se molesta, me grita y me llama de nuevo de mil formas. Que esto y aquello.
La señorita regresa con nuestra Pizza y nos comportamos. Cenamos en silencio.
—Amo mucho a mi padre, ya le dije que no lo use contra mí. Eso es un acto cobarde de su parte—me encojo de hombros restándole importancia a lo que me dice y me como la puta Pizza. Admito que esta buena, tenía tiempo que no comía esta mierda. Años diría yo. — ¿Por qué es así? ¿Qué acaso usted nunca tuvo padre? Ah no, ya se, debió ser feo para su papá tener que lidiar con un hijo como usted. Malo y horrible desde chiquito.
Trago, bebo y mierda, se me escapa un eructo. Demonios, esta buenísima la Pizza.
—Mi padre está muerto niño.
—Oh perdón. No...No tenía idea. Lo siento.
—Muerto enterrado no pero para mí es como si estuviera muerto.
— ¿Por qué así? ¿No se llevaban bien?
—Bueno, me encerró en un baúl por tres días sin comida ni agua. Dime tú si merece algo de mí.
—Por Dios—susurra con la cara llena de pena. — ¿Y…y donde estaba su madre?
—Ella puso el candado al baúl.
Traga duro cuando se lo digo. Se queda en silencio y me deja comer en paz.
Terminamos de comer y pago la cuenta. Nos vamos.
Nadie dice nada en el auto. Conduzco con algo de Jazz de fondo y me detengo en un semáforo.
—Mi madre y yo no nos llevamos nada bien—rompe el silencio y decido prestarle atención. —Ella y yo siempre estamos discutiendo. Mi padre es mayor que mi madre por mucho. A veces creo que ella lo odia porque siempre lo está tratando mal. Cuando intervengo termino a los gritos con ella. Nunca está en casa. Prefiere doblar turnos todos los días en su trabajo que estar en casa. Creo que ni a mí me quiere.
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𝓜𝓪𝓽𝓱 𝓕𝓻𝓲𝓭𝓶𝓪𝓷
Teen Fiction(Trilogía de Math Fridman) Novela LGBT Vol. 1 ¡MUY PRONTO EN FÍSICO! Un mafioso hijo de puta con gustos un poco perversos. Un jovencito de malos modos, repartidor de periódicos de día, y mesero de noche. ¿Qué tienen en común? Uno cumplir con su par...