Un arduo escozor en mi vientre me hace sobresaltarme. Me muevo inquieta mientras abro los ojos y agarro el brazo de Eric soltando un gruñido. Su mirada se cruza con la mía, agarra mi mano y la retira con cuatela para que le permita seguir curándome. La delicadeza que utiliza me sorprende, ¿quién diría que detrás de un tipo rudo y bastante cabrón podía haberla?
–Siento haberte despertado, tenías el apósito sucio y quería ver cómo estaba la herida– me comenta yendo a recoger todo.
–Gracias– susurro bajando la camiseta –Y perdona por haberte agarrado tan bruscamente–
–No te preocupes, además no a cualquiera le dejo tocarme– responde él sonriendo de lado.
Espera un momento, ¿Eric me ha sonreído?. No puedo apartar mi vista de él, esa sonrisa, esos ojos, todo me llama la atención. Parece darse cuenta ya que se acerca y se sienta en el borde de la cama sin dejar de mirarme.
–Veo que te gusta lo que ves– comienza a decir de forma provocativa, enseguida me pongo nerviosa.
Trago saliva, no me esperaba que se diera cuenta, pero es que me es imposible no admirarlo. Por suerte cambia de tema haciendo que el ambiente se relaje.
–Por cierto, he leído el artículo que habla de tí– dice con avidez –¿Te afecta de alguna manera lo de tus padres?–
–No, ni siquiera me importaban antes de cambiarme de facción– añado con desinterés, todos los temas que tengan que ver con ellos me aburren.
–Me alegra oír eso, tienes mucho potencial y no me gustaría que se desperdiciara– confiesa el rubio poniéndose en pie.
Alzo las cejas sorprendida, ¿Acaba de hacerme un halago?. Eric es muy diferente cuando estás a solas con él, parece como si de cara a la gente tuviera que llevar a cabo el papel de un líder estricto y frío.
–¿Por qué me ayudas Eric?– pregunto con curiosidad.
–¿Por qué no debería?– contraataca él con otra pregunta.
–No lo sé, eres el líder y yo solo una iniciada. Y encima tu comportamiento da miedo– confieso algo cohibida.
–¿Te doy miedo?– pregunta algo tenso.
–No, sé que detrás de toda esa fachada hay un Eric diferente– añado sonriendo levemente.
En cuanto me oye decir eso se relaja, duda unos segundos, parece que quiera decirme algo, pero no lo hace. En su lugar se gira y se encamina hacia la puerta.
–Tengo que ir a entrenar a los demás, luego nos vemos– dice sin rodeos y sale cerrando.
Su comportamiento me deja algo confundida, no he dicho nada malo, o eso creo. Decido ignorar la escena de hace unos segundos y procedo a vestirme, por mucho que me haya dicho que haga reposo, no voy a hacerle caso. Salgo de la habitación y paseo por los pasillos de Osadía, varias personas me saludan, parece que por aquí ya me conocen. Llego hasta las naves dónde veo a mi grupo entrenando. La mirada de Chris se dirige a mí y enseguida corre a recibirme.
–Me tenías asustada, fui a la enfermería y no estabas. ¿Dónde te has metido?– me pregunta rápido mientras me abraza.
–Estaba en la habitación de Eric, he dormido ahí– me limito a responder, ella me mira sorprendida –Él ha dormido en el sillón, eh–
Me entra la risa al ver su cara de decepción, ¿Qué se pensaba?. Nos acercamos juntas hasta la tarima en la que están luchando dos chicos de nuestro grupo. Tris y los demás también me reciben con un abrazo. Eric llega junto con Cuatro y me mira con el semblante serio, creo que mi presencia le ha molestado.
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ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄ
Science FictionEn la ciudad de Chicago, cuando cumples los dieciséis, estás obligado a elegir el futuro que quieres llevar. Algunos se quedan donde están. Otros se marchan en busca de libertad. Y un pequeño porcentaje de jóvenes pone su vida patas arriba después...