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En el interior de la extraña sala, una chica de piel morena y mono verde está cambiando el papel que cubre la camilla de examen.

–Esta es Juanita, técnico de laboratorio– nos presenta Matthew –Juanita, estos son...–

–Sí, ya sé quiénes son– responde, sonriendo.

De reojo veo que Tris se pone rígida, irritada al recordar que las cámaras han vigilado nuestras vidas, y la entiendo, porque yo me siento igual.

La chica nos ofrece una mano, y nos saluda uno a uno.

–El supervisor de Matthew es la única persona que me llama Juanita, salvo Matthew, al parecer. Soy Nita– comenta rodando los ojos –¿Necesitas que te prepare tres pruebas?–

Matthew asiente con la cabeza.

–Iré a por ellas– responde la chica.

Abre unos armarios que hay al otro lado de la habitación y empieza a sacar cosas. Todas están envueltas en plástico y papel, y tienen etiquetas blancas. La habitación se llena de los ruiditos de los envases al abrirse.

–¿Os gusta esto, chicos?– pregunta Nita.

–Cuesta adaptarse– responde Cuatro.

–Sí, ya te entiendo– dice la chica, sonriendo le –Yo vengo de otro de los experimentos, el de Indianápolis, el que falló. Oh, vosotros no sabéis dónde está Indianapolis, ¿verdad? No queda lejos de aquí, menos de una hora en avión. Eso tampoco os dirá nada. Bueno, en realidad no tiene importancia–

Saca una jeringa y una aguja de su envoltorio de plástico y papel, y Tris se pone tensa.

–¿Para qué es eso?– pregunta rápidamente la rubia.

–Es lo que nos permitirá leer vuestros genes– explica Matthew –¿Estás bien?–

–Sí– responde, aunque sigue en tensión.

–Estamos cansados de que nos inyecten sustancias extrañas– suelto sin reparo cruzando me de brazos, entiendo la preocupación de Tris.

Matthew asiente con la cabeza comprendiendo.

–Te juro que solo sirve para leeros los genes. No hace nada más. Nita os lo puede asegurar– comenta el chico rápidamente.

Nita asiente.

–Vale, pero ¿puedo hacerlo yo?– pregunta Tris.

–Claro– responde Nita, que prepara la jeringa llenándola de lo que quieren inyectarnos antes de entregársela a Tris.

–Os daré una explicación resumida de cómo funciona esto– dice Matthew mientras Nita restriega el brazo de Tris con antiséptico.

–El fluido está lleno de microordenadores. Están diseñados para detectar marcadores genéticos específicos y transmitir los datos a un ordenador– explica la chica –Tardarán aproximadamente una hora en darme la información que necesito, aunque sería mucho más tuvieran que leer todo vuestro material genético, obviamente.–

Tris se introduce la aguja en el brazo y aprieta el émbolo. Nita me pide que alargue el brazo y me pasa la gasa manchada de naranja por la piel. El líquido de la jeringa es gris plateado, como escamas de pez, y, cuando se introduce en mi cuerpo a través de la aguja, no puedo evitar sentir un escalofrío. A mi lado, Tris se aprieta la herida con un algodón y me sonríe, mientras Cuatro se deja pinchar como yo.

–Esos... ¿microordenadores?– Matthew asiente, y Cuatro sigue con la pregunta –¿Qué buscan exactamente?–

–Bueno, cuando nuestros predecesores en el Departamento introdujeron genes "corregidos" en vuestros antepasados, también incluyeron un rastreador genético, que básicamente es una cosa que nos dice si una persona ha alcanzado la curación genética– comienza a contarnos Matthew –En este caso, el indicador es el hecho de ser consciente durante las simulaciones. Es algo que podemos analizar facilmente para saber si vuestros genes se han curado o no. Es una de las razones por las que la gente de la ciudad pasa por la prueba de aptitud a los dieciséis años: si son conscientes durante la prueba quizá tengan genes curados–

ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora