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Las palabras de Nita y Reggie llevan un rato dando vueltas por mi cabeza. Al final el departamento está siendo la misma mierda que cualquier otro gobierno, solo piensan en un fin, sin tener en cuenta los daños colaterales que puedan causar.

Me vienen a la mente Zeke y Thomas, quienes se quedaron en Chicago aparentando normalidad. También la madre de Christina y su hermanita, quienes la quieren con locura. Imaginar que les borran la memoria a todos ellos hace que me den escalofríos. No recordarían a sus hermanos, hijos o parejas, ni siquiera recordarían quienes son. Perderían toda una vida, mientras que los del departamento los observan desde detrás de una pantalla.

No, no podemos dejar que el eso suceda. Lo que he averiguado en los últimos días me hace creer que este lugar no tiene nada que merezca la pena salvar.

–¿Cuál es el plan?– pregunta Tris tras un rato en silencio.

–Dejaré que mis amigos de la periferia entren por el túnel subterráneo– responde Nita –Tobias, tú apagarás el sistema de seguridad mientras lo hago, para que no nos atrapen; es prácticamente la misma tecnología con la que trabajaste en la sala de control osada, no debería costarte. Después, Rafi, Mary y yo entraremos en el laboratorio de armamento y robaremos el suero de la memoria para que el Departamento no pueda usarlo. Reggie me ha estado ayudando a escondidas, pero él será el que nos abra el túnel el día del ataque–

–¿Qué vais a hacer con el suero de la memoria?– pregunto.

–Destruirlo– responde Nita sin titubear.

No sé qué tenía en mente cuando Nita me habló de su plan, pero no era esto. Esto me parece demasiado pequeño como acto de venganza contra la gente responsable de la simulación del ataque.

–Y eso es lo único que pretendéis hacer– dice Tris, que por fin aparta la vista del microscopio y mira a Nita con los ojos entrecerrados –Sabéis que el Departamento es responsable del asesinato de cientos de personas ¿y vuestro plan es... robarles su suero de la memoria?–

–No recuerdo haberte invitado a dar tu opinión sobre mi plan– salta Nita a la defensiva.

–No estoy dando una opinión sobre tu plan– responde la rubia –Te estoy diciendo que no me lo creo. Odias a esta gente, lo noto en tu forma de hablar de ellos. Sea lo que sea lo que pretendes hacer, creo que es mucho peor que robarles un poco de suero–

Tris tiene razón, tiene que haber algo más, yo también lo he notado.

–El suero de la memoria es lo que utilizan para que los experimentos sigan funcionando. Es su principal fuente de poder sobre tu ciudad, así que quiero quitársela. Diría que, por ahora, es un golpe más que suficiente– Nita habla con amabilidad, como si le explicara algo a un niño –Nunca dije que eso fuera lo único que pretendía hacer. No siempre resulta mejor golpear con todas tus fuerzas a la primera oportunidad. Esto es una carrera de fondo, no un sprint–

La rubia se limita a sacudir la cabeza.

–Tobias, ¿te apuntas?– le pregunta Nita.

Miro a Tris, que está tensa, y después a Nita, que se muestra relajada y dispuesta. Diría que hay algo que no cuadra, y creo que la rubia también lo ha notado. ¿Tanto ajetreo para solo robar un suero? Lo dudo. Y encima parece que Nita solo quiere contar con Cuatro, como si nuestra presencia no significara nada.

–Si– responde mi amigo sorprendiéndome, Tris se vuelve hacia él para mirarlo con incredulidad, con los ojos como platos –Puedo desactivar el sistema de seguridad. Necesitaré un poco de suero de la paz de Cordialidad; ¿tenéis acceso a eso?–

–Yo sí– responde Nita, esbozando una sonrisita –Te enviaré un mensaje con la hora–

Nita no se despide ni siquiera antes de salir de la habitación, y menos mal, si no, tendría que lidiar con Tris o conmigo.

ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora