Aunque hay gente por todos lados, en el pasillo reina un silencio bastante tenso. Las personas que van de aquí para allá me empujan a veces, así que me acerco más a mi hermano para no perderlo de vista. Avanzamos deprisa aunque no demasiado, cuántos más guardias de seguridad vemos, más presión se me acumula dentro. No tardamos en deshacernos del gentío, metiéndonos en un pasillo que aparentemente debería estar vacío.
–Debe de haberle pasado algo a Cara– comenta Matt –Se suponía que las luces ya estarían apagadas–
Asiento de acuerdo con lo que dice, tiene razón, pongo mi mano sobre el bulto del arma que llevo en mi espalda, oculta bajo mi blusa. He tenido que dejar el arco a un lado porque llama mucho la atención. Tris se detiene a mitad del pasillo, haciendo que todos le prestemos atención.
–Tengo una idea– nos cuenta –Vamos a dividirnos, Caleb y yo vamos al laboratorio, vosotros tenéis que crear una distracción–
–Voy con vosotros– digo enseguida.
Me niego a dejarla ir sola con su hermano, así que me uno a ellos mientras que Eric, Matthew y Noah se encargan de las distracciones.
Recorremos lo que nos queda de pasillo, no me hace falta volver la vista atrás para saber que el disparo al aire es nuestra señal. Enseguida empiezan a oírse gritos y ruidos de cristales rotos, los guardias de seguridad pasan corriendo junto a nosotros sin darse cuenta que nos alejamos de la zona de dormitorios y nos dirigimos a un lugar en el que no deberíamos estar.
Mi respiración se hace más profunda y regular con cada tramo que recorremos de la ruta que hemos decidido esta mañana. Ahora pienso con más claridad, Tris está igual que yo, sin embargo su hermano está pálido y jadeante, por lo que tiene que mantenerlo bien sujeto por el codo para estabilizarlo.
Doblamos una esquina, los zapatos chirrían sobre las baldosas y nos encontramos en un pasillo vacío con un techo de espejo. Estamos cerca, pero antes de poder seguir, alguien nos grita por detrás que nos detengamos, los guardias de seguridad nos han encontrado. Miro a mi amiga y a su hermano, es hora de actuar.
–Yo los entretengo– digo agarrando mi arma.
Mi amiga parece dudar, pero una mirada fría de mi parte la obliga a tirar de su hermano e irse. Los guardias me piden que suelte el arma, pero no puedo, no puedo dejar que impidan lo que Caleb está apunto de hacer. En el pasillo no hay ni un solo lugar en el que esconderse, tengo que ganar tiempo como sea.
Levanto mis manos dejando ver el arma, los guardias se acercan poco a poco y en cuanto uno de ellos trata de quitármela, lo golpeo, retorciendo su brazo y usándolo de escudo. Los otros dos guardias se miran entre ellos, como decidiéndose entre disparar o no, sin importarles que tenga a su compañero. Es ahí cuando me doy cuenta que esta gente haría lo que fuera para detenernos, aunque eso implicara matar a los suyos.
Una explosión resuena por el aire y el suelo vibra bajo nuestros pies, ya han llegado hasta el almacén, Caleb va a entrar. Una voz por detrás de los guardias llama la atención de todos, al mirar en esa dirección, veo a Noah acercándose mientras pide a los guardias que bajen las armas. Como ve que no hacen caso, les dispara y yo noqueo al que tengo entre manos.
No me paro a darle las gracias a mi hermano, mi cuerpo me pide que vaya con Tris, así que corro hacia el almacén. Cuando llego a las puertas, me quedo estática al ver a Caleb sentado junto a los escombros, meciendose.
–¿Qué ha pasado?– pregunto zarandeando lo.
–Tris, ella ha entrado– murmura su hermano en estado de shock.
Suelto una maldición mientras miro en dirección al almacén, sabía que algo de esto podía pasar. Caleb se iba a sacrificar,es su hermano al fin y al cabo, así que ha decidido hacerlo ella. No me lo pienso dos veces, debo seguirla, podría estar muriéndose ahora mismo. Noah llega hasta mi lado y trata de impedírmelo, lo agarro de la cara y sonrió melancólica.
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ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄ
Science-FictionEn la ciudad de Chicago, cuando cumples los dieciséis, estás obligado a elegir el futuro que quieres llevar. Algunos se quedan donde están. Otros se marchan en busca de libertad. Y un pequeño porcentaje de jóvenes pone su vida patas arriba después...