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Llena de resentimiento, pero con un atisbo de esperanza, me pongo en pie a duras penas, alejando al rubio de mí. Voy a aclarar todo esto ahora mismo, tengo que encontrar a David. Salgo corriendo de la habitación alertando a todos mis amigos, quienes estaban pendientes de lo que pasaba. Ignoro sus llamados y corro como alma que lleva el diablo, rezando por encontrar a mi querido abuelo.

La sangre me hierve y tengo los sentimientos a flor de piel. Hay una remota posibilidad, mi hermano puede estar vivo. Con el corazón en un puño, llego hasta la sala de control, y de pie, justo en medio, lo veo.

–¡Maldito cabrón!– escupo acercándome a él mientras le doy un empujón.

Las pocas personas que están pegadas a las pantallas levantan la vista y miran la escena sin dar crédito a lo que ocurre. Seguramente pareceré una loca desquiciada, pero todo lo que acabo de descubrir ha sido un gran golpe, no puedo controlarme.

–Eris, ¿Qué pasa?– pregunta David apartándose rápidamente de mí.

–Todo este tiempo intentando hacerme creer que eres una víctima más, que podrías ser un mejor abuelo– murmuro apretando mis puños –Lo que eres es un mentiroso, ellas te odiaban–

–No sé de qué estás hablando cariño, yo...– comienza a decir algo tenso.

–Eres un ser despreciable– escupo aguantando me las lágrimas –No te bastó con arruinar la vida de tu mujer e hija... También arruinaste la mía y la de Noah, ¿No es así?–

Varios guardias tratan de acercarse a mí, pero mis amigos llegan a tiempo de detenerlos. David palidece cuando nombro a mi hermano, no hace falta que diga nada, se delata solito.

–¿Qué hiciste con él?– pregunto con voz entrecortada –¿Donde está mi hermano?–

–Tu hermano murió– se limita a decir –Estabas con él cuando el accidente, ¿a qué viene todo esto si sabes que lo mataste?–

Sus palabras caen como un balde de agua fría sobre mí, ahí está el verdadero David, la fachada de abuelo cariñoso acaba de esfumarse.

–Noah no se cayó David, mamá y la nana lo sabían– murmuro acercándome a él para enfrentarlo –Tú fuiste el causante de todo mi calvario, te lo llevaste ¿verdad?–

–Estás loca– escupe David exasperado.

–No lo está– la voz de Matthew irrumpe en la sala de control –Se acabaron las mentiras y los engaños, David–

El chico de pelo negro se abre paso entre las personas que nos rodean y se coloca a mi lado, enfrentando al susodicho. Todos a nuestro alrededor están pendientes del desenlace de esta historia.

–¡Está bien!– exclama David dando un golpe en una de las mesas –¿Quieres la verdad? Sí, me llevé a mi nieto aquel día que estuvisteis en la muralla, tú me facilitaste las cosas al llevarlo contigo–

Aprieto la mandíbula al escucharlo, a mi lado Matthew me agarra del hombro para que no me abalance sobre él, parece haberme leído el pensamiento.

–¿Pero de que sirve contarte esto ahora?– cuestiona David –Noah está muerto, no logró volver de su última misión. Matthew lo sabe de sobra–

Trago saliva al comprender sus palabras e inmediatamente miro al peli negro, quién parece algo afligido.

–¿Eso es verdad?– le pregunto haciendo que me mire.

–No quería decírtelo porque sabía lo duro que había sido para tí perderlo una vez, vivir la perdida de nuevo te rompería...– murmura Matthew, sus palabras son sinceras pero igualmente me duelen.

ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora