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Vuelvo en sí después de no sé cuánto tiempo durmiendo. Cada vez que la bruja me mete en las simulaciones de la caja, acabo peor, me siento muy magullada y sin a penas fuerza. Me levanto de la cama observando todo a mi alrededor, mi hogar ahora es una especie de cárcel de lujo, hasta tiene ducha. Decido meterme bajo el agua para desentumir mis músculos y cuando estoy lo suficientemente relajada, salgo y me visto mirándome al espejo.

Bajo mis ojos se extienden unas feas ojeras y estoy bastante pálida, ahora mismo me recuerdo a mi abuela antes de morir, tenía el mismo aspecto. La puerta de la celda se abre sobresaltandome, Peter entra de forma apresurada y me obliga a salir. Volvemos a la misma rutina desde hace varios días, he perdido la cuenta ya.

Cuando estoy pasando por las mismas celdas donde nos encerraron a Tris y a mí la primera vez, escucho como dicen mi nombre.

–¡Eris!– exclama la voz profunda de Eric a mis espaldas.

Me giro y veo como Cuatro y él están encerrados en la misma celda, ambos me llaman a gritos y yo no puedo evitar removerme inquieta tratando de abrirme paso hacia ellos. Siento como me inyectan algo en la espalda baja y mi cuerpo se adormece haciéndome gruñir.

–NO LA VUELVAS A TOCAR PETER– grita Eric a lo lejos –TE MATARÉ CUANDO SALGA DE AQUÍ–

Esta vez no me meten en la sala del círculo, hoy me toca ocupar el asiento de Tris. La rubia ya está conectada a los cables, enfrentando a Jeanine sin mostrar debilidad alguna. Para haber probado suerte varias veces en las simulaciones, al igual que yo, parece estar en muy buen estado o puede estar aparentando lo.

La observo removerse inquieta dentro de la simulación, mientras Jeanine va de aquí para allá controlando la y su hermano está pendiente de sus constantes. Tris parece muy cabreada, hasta el punto que empieza a moverse bruscamente y luego de repente para. Su cuerpo comienza a girar como si flotara en el aire y aunque todo indica que algo va mal, Jeanine ordena que no se la desconecte.

–¡La vas a matar!– chillo al ver la situación en la que se encuentra mi amiga.

Pero ya es tarde, de un momento a otro Tris deja de moverse, de sus oídos y nariz brota sangre que cae al suelo blanco tiñendo lo. La caja se apaga por completo y Jeanine comienza a gritar como loca.

–¿Qué has hecho?– pregunto horrorizada.

La voz robótica indica que la paciente ya no es viable, Tris ha muerto. Comienzo a chillar maldiciendo a todos, incluido su hermano que la ha dejado morir. Incluso consigo ponerme en pie aún atada a la silla para correr hacia la líder de Erudición y empujarla, haciéndola caer al suelo. Varios guardias osados me detienen antes de poder hacer nada más y me obligan a ponerme en pie.

–Guarda fuerzas Eris, es tu turno– dice Jeanine poniéndose en pie de nuevo mientras ordena a los guardias que me lleven al círculo.

Mientras yo entro en la sala veo como sacan el cuerpo de Tris y no puedo evitar soltar un sollozo, ella no merecía este final. Me rindo después de todo y dejo que los cables se conecten a mí de nuevo, volviendo a sentir ese incesante dolor. Yo no seré quién abra esa caja, estoy segura de ello.

Aparezco en Verdad de nuevo, estoy en el despacho de mi padre. Él está sentado tras su escritorio humillando me como mejor sabe y diciéndome todo lo que piensa sobre mí, que solo es mierda. Mi furia crece poco a poco, sobre todo cuando toca temas como la muerte de Noah, pero se corona al decir que se alegró ya que él ni siquiera deseaba tener hijos.

Me lanzo sobre él sorteando su mesa y comienzo a propinarle golpe tras golpe. Unos guardias tratan de separarnos y me empujan lejos de su alcance, pero vuelvo a arremeter contra él. Chocamos contra el ventanal lateral de su oficina que se rompe en cachitos y nuestros cuerpos empiezan a caer al vacío desde lo más alto del edificio.

ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora