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Han pasado varios días desde que soltamos el suero por el departamento y salvamos a Chicago, varios días intensos, en los que hemos tenido que cuidar de las personas que fueron desmemorizadas como si fueran niños. No ha sido fácil controlar a tanta gente, pero las clases que imparten Matthew, Cara y Caleb, han sido de gran ayuda.

Peter ha cambiado, y por voluntad propia. Cuando viajó a la ciudad con Cuatro, no se inoculó, quería olvidar y empezar de 0 buscando otra oportunidad. Quizás entenderlo sea difícil, pero no es extraño después de todo lo vivido y con el pasado pensándole en la espalda, su decisión es totalmente respetable. Ahora está más suave y es más simpático, incluso ayuda mucho en el complejo enseñando lo que aprende a otros.

En estos días, hemos visto como Chicago volvía a la normalidad, como nuestros vecinos y amigos dejaban a un lado las diferencias y volvían a ser una comunidad unida. También hemos vivido la partida de Uriah, que fue muy dura y emotiva. Su madre y Zeke pudieron pasar unos días con él antes de desconectarlo y pidieron que asistieramos todos, sobre todo los más cercanos.

Aún oigo los pitidos de la máquina cuando el corazón se le iba parando tras desconectarlo de la respiración artificial. Aún escucho los sollozos de su madre y siento ese nudo en la garganta lleno de culpa y dolor. Sé que Uriah querría que avanzáramos, aunque eso no implica que lo vayamos a olvidar, lo llevo conmigo muy adentro.

Camino por el complejo en dirección a la sala de control, las pocas personas que no han sido desmemorizadas, aún están tratando de entender el porqué de todo. Porqué David se comportaba así, porqué trató de matar a sus propios nietos, porqué tuvimos que hacer lo que hicimos.

Al entrar en la sala de control me sorprendo al ver al rubio junto a mi hermano y la parejita. Desde el otro día, la relación de mi novio con Cuatro y Tris ha mejorado, ellos aceptaron que el rubio ha cambiado y que darle otra oportunidad fue la mejor decisión que tuvimos.

–¿Ha pasado algo?– pregunto nada más unirme a ellos –Estaba con Matt, ayudándolo con la clase de hoy, pero me dijo que me buscabais–

–Hemos estado hablándolo, incluso lo hemos consultado con el consejo– comienza a decir Cuatro cruzado de brazos –Necesitamos a alguien que dirija a los guardias, alguien que sepa de estrategias, defensa, puntería...–

–¿Queréis mi opinión?– pregunto alzando las cejas –Eric es perfecto para ese puesto, ya fue líder en Osadía, podría ser quién controle las misiones y entrenamientos de los guardias–

–Pensé lo mismo– dice mi amiga sonriendo levemente –Y se lo pedí, pero se negó–

–Venga Eric, si eres perfecto para el puesto– me quejo inmediatamente.

–Lo era, pero ahora hay alguien mejor que yo– dice el rubio sonriendo de lado –Tú–

–¿Qué?– pregunto algo confundida –Pero yo no sirvo para liderar, yo...–

–Tú eres increíble Eris– añade mi hermano deteniéndome –Eres la persona perfecta, siempre vas un paso por delante, sabes crear unas estrategias perfectas, sabes pelear y tienes una habilidad increíble con cualquier arma–

Rasco mi nuca al escuchar como me alaban, todos piensan igual, están de acuerdo con Noah.

–No tengo elección ¿No?– pregunto sonriendo levemente –Está bien, acepto el puesto, siempre y cuando Eric me ayude–

–Eso no se duda princesa, seré tu mano derecha– agrega el rubio sujetándome de la cintura para robarme un beso corto.

Tris me pide que me presente en el cuartel dentro de una media hora, para conocer a los guardias y ver las instalaciones. Es un edificio contiguo al departamento, Jack me dará un pequeño tour.

ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora