Las puertas dobles que tenemos enfrente están custodiadas, no puedo evitar sentirme atrapada entre tanta valla y con tanto guardia armado. La voz de Zoe me parece lejana mientras observo todo a mi alrededor, con curiosidad y extrañeza. Christina me da un codazo para que preste atención, como cuando estábamos en clase y me quedaba mirando a las musarañas.
–Bienvenidos al complejo– escucho decir a Zoe –Este edificio antes era el Aeropuerto O'Hara, uno de los aeropuertos con más tráfico del país. Ahora es la sede del Departamento de Bienestar Genético... Nosotros lo llamamos simplemente el Departamento, para abreviar. Es una agencia del Gobierno de Estados Unidos–
Hago una mueca al no entender alguna de sus palabras. ¿Qué diablos es un aeropuerto? o ¿Qué significa Estados Unidos? No soy la única confundida, todos tenemos caras raras tratando de buscar el sentido a lo que dice.
–Lo siento– se disculpa Zoe inmediatamente –Se me olvida lo poco que sabéis–
–Creo que es culpa vuestra que no sepamos nada, no nuestra– espeta Peter.
–Lo diré de otro modo– dice la mujer pecosa, sonriendo con amabilidad –Se me olvida la poca información que os hemos proporcionado. Un aeropuerto es un centro para viajes aéreos y...–
–¿Viajes aéreos?– pregunta Christina, incrédula.
–Uno de los desarrollos tecnológicos que no necesitábamos saber cuando estábamos dentro de la ciudad– explica Amar –Es seguro, rápido y asombroso–
–Vaya– comenta Tris emocionada.
Al pensar en volar a toda velocidad y a gran altura, no puedo evitar sentirme mareada, las alturas no son lo mío.
–En fin. Voy a llevaros a la sala de control para que conozcáis a David, el jefe del Departamento– dice Zoe –Veréis muchas cosas que no entenderéis, pero puede que lo mejor sea dar algunas explicaciones preliminares antes de que empecéis a preguntarme por todo. Así que tomad nota de lo que queráis saber, y después nos lo preguntáis a Amar o a mí–
Todos asentimos levemente, entonces se dirige a la entrada, y dos guardias armados le abren las puertas y la saludan con una sonrisa. Observo con cautela las armas, son enormes y aunque últimamente no me siento cómoda disparando una, me gustaría sentir la potencia de una de esas.
El aire fresco me da de lleno al entrar en el complejo. Por encima de nuestras cabezas hay ventanas que acaban en arco, por donde entra una luz pálida, eso es lo más bonito del lugar, porque el suelo de losetas ha perdido el brillo con la suciedad y los años, y las paredes son de un color gris aburrido. Frente a nosotros hay un grupo de personas y maquinaria, y un cartel sobre todo ello en el que se lee: “Control de Seguridad ”. No entiendo el porqué de tanta seguridad, cuando ya están protegidos por dos vallas, una electrificada, y unas cuantas barreras de guardias armados.
Pero como no es mi mundo, no puedo cuestionarlo.
Tris me mira entre entusiasmada y confundida y empieza a señalarme cosas sin ton ni son. Ella sabe que soy igual de curiosa y que me encanta analizar todo, así que sigo con la vista hasta donde apunta y me voy quedando mentalmente con las cosas que no sé que son, pero que puedo describir después para que sacien mis ansias de conocimiento.
Mientras nos acercamos, toda la gente se aparta para formar un túnel que nos permita pasar. Antes de proseguir, Zoe nos avisa de que no se permiten armas dentro de las instalaciones, y nos explica que debemos dejarla aquí en el control de seguridad y luego a la salida recogerlas. También dice de pasar por unos escáneres, algo que realmente no entiendo.
–Esa mujer me irrita– escucho decir a Chris.
–¿Por qué?– pregunta Cuatro a mi amiga.
–No es capaz de separarse de sus conocimientos– responde Chris mientras saca su arma –No deja de decir cosas que parecen obvias, pero que, en realidad, no lo son–
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ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄ
Science FictionEn la ciudad de Chicago, cuando cumples los dieciséis, estás obligado a elegir el futuro que quieres llevar. Algunos se quedan donde están. Otros se marchan en busca de libertad. Y un pequeño porcentaje de jóvenes pone su vida patas arriba después...