Con ayuda de mis manos, froto mi rostro varias veces presa de la frustración, llevo sin dormir un día entero, pero ese no es el problema. Ayer cambiaron a Uriah de habitación, ahora lo tienen en una con un gran ventanal que da al pasillo, para que desde fuera lo podamos ver y no preguntemos. No quería dejarlo solo, me sentía culpable, así que me instalé aquí con él, en un pequeño sillón. Christina está junto a su cama, agarrándole la mano, la pobre está tan destrozada como yo.
–¿Crees que nos oye?– pregunta mi mejor amiga con cierto deje de tristeza.
–Según el alcance de daño, puede oírnos y percibir nos hasta cierto punto...– comento poniéndome en pie, acercándome a la cama poco a poco.
–Él no se merece esto– murmura Chris con los ojos cristalizados.
–Estaba en el lugar menos oportuno, en el momento incorrecto– añado yo haciendo una mueca.
Observo a mi amigo, al chico risueño y algo loco que me ha acompañado desde mi iniciación en Osadía. A pesar de estar como siempre, salvo por las vendas y los arañazos, ha perdido la vitalidad que tenía. El pronóstico no es bueno según los médicos, aunque yo sigo aferrada a la posibilidad de que despierte de repente y suelte algún comentario sarcástico al ver nuestras caras largas.
Uriah es fuerte, saldrá de esta, ¿verdad?.
Unos golpes en el cristal de la ventana llaman nuestra atención. Levanto la vista justo a tiempo de toparme con un Matt bastante nervioso. Le hago una señal para que pase, y eso hace, primero cierra la puerta con cuidado y luego observa a Uriah con cautela.
–Siento mucho lo de vuestro amigo...– dice con sinceridad –Necesito hablar contigo, Eris–
–¿Qué pasa?– cuestiono frunciendo el ceño –Puedes contarme lo que sea aquí, es como mi hermana–
Chris me da una mirada rápida y sonríe levemente, aunque sin ganas. El peli negro alterna su vista entre ella y yo varias veces, y finalmente suspira.
–Es sobre la búsqueda de tu hermano– comenta Matthew haciendo que me tense –Con el ataque y demás, no han vuelto a mandar equipos fuera, eso nos da cierta ventaja–
–Ve al grano– le pido, ha despertado mi interés.
–Con todo el caos que hay que arreglar aquí dentro, tardarán entre uno y dos días en volver a mandar a gente a la periferia– explica el chico bajo nuestra atenta mirada –Es nuestra oportunidad, podemos ir en busca de Noah sin llamar mucho la atención–
–¿Estás seguro?– pregunto con cautela –¿De verdad crees que sigue ahí fuera?–
Matt palidece ante mis palabras y se pone a la defensiva. Por un momento parece que se ha vuelto loco, hablando solo y dando vueltas por la habitación.
–¿También te han comido la cabeza a tí?– pregunta enfrentadome.
–No– me limito a decir con pesar –Solo no quiero ir en busca de un fantasma, no quiero volver a sufrir como hace diez años–
–Eris, te lo juro por mi vida, Noah sigue ahí fuera– dice rápidamente el chico –Enterraron un puto ataúd vacío, yo lo vi–
Trago saliva al escucharlo, ahora entiendo porqué se negaba a ir al funeral, él sabía la verdad, pero nadie le creía. Miro fugazmente a Uriah y a mi mejor amiga, no quiero dejarlos, no en la situación que está mi amigo.
–Ve, yo cuidaré de él– la voz de Christina me sorprende, me conoce demasiado –Todos estábamos dispuestos a ayudarte con la búsqueda de tu hermano, incluso Uriah. Tienes que ir–
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ʀᴇᴅᴇɴᴄɪᴏ́ɴ / ᴇʀɪᴄ
Science FictionEn la ciudad de Chicago, cuando cumples los dieciséis, estás obligado a elegir el futuro que quieres llevar. Algunos se quedan donde están. Otros se marchan en busca de libertad. Y un pequeño porcentaje de jóvenes pone su vida patas arriba después...