Capítulo 24

4.6K 314 253
                                    

Nada estará bien

[Capítulo dedicado a Padilla1706 ,disfrútalo]

Theo

Camino por las calles atestadas con una creciente angustia en mi pecho. Siento mi respiración cada vez más pesada, así como las gotas de sudor que van apareciendo en mi frente y ruedan por mi columna vertebral, acompañadas de un escalofrío que me sacude.

Aumento mis pasos hasta casi correr, chocando los hombros de las personas a mi alrededor, las cuales se vuelven para mirarme, pero no logro distinguir sus rostros. No puedo dejar de buscarla, debo encontrarla. ¡Maldición!

Veo unas escaleras y me apresuro a subirlas, mis pies sintiéndose débiles a cada paso, estas parecen no tener fin.

Pero ahí está ella.

No logro ver su cara, pero sé que es ella, la reconocería en cualquier lugar. Me acerco y estiro la mano para posarla sobre su hombro, da un pequeño respingo y se gira para comprobar quién es. Sus facciones se relajan automáticamente cuando me ve a los ojos, sonriéndome abiertamente, con calidez y cierta añoranza.

Su sonrisa decae lentamente, sus ojos abriéndose con pánico, su frente compungida con dolor y su labios formando un grito mudo. Me encuentro aturdido y desorientado, la preocupación golpeándome como una bala.

—¿Qué ocurre? —mi voz sale extraña, ajena.

Ella me mira, sus orbes tintados con sufrimiento, mientras muestra una de sus manos manchada de sangre. Para cuando me doy cuenta veo que es su propio líquido que emana de una herida en su pecho, poco a poco expandiéndose, manchando su suéter azul cielo.

—Lucia...

—Lo lamento. —su voz sale en un susurro ahogado.

—Todo va a estar bien. —trato de sostenerla pero ella da un paso atrás evitando el contacto, negando lentamente.

—Nada estará bien.

Una lágrima rueda por su mejilla y cuando intento rodearla con mis brazos, su cuerpo simplemente se desploma más allá de las escaleras. Más allá de mí.

Sus últimas palabras se quedan resonando en el aire una y otra vez, ¿o es en mi mente?

Abro los ojos de golpe, mi boca y nariz buscando oxígeno, mi pecho subiendo y bajando con ímpetu. Mis ojos adaptándose a la luz del día y buscando en todas direcciones el cuerpo que anoche se durmió junto al mío, casi encima de mí, anhelando el contacto.

Me incorporo, tal vez demasiado rápido, por lo que la herida en mi hombro se queja y me fijo que una pequeña mancha carmesí pinta la sábana blanca en la que yacía. Paso una mano por mi frente sudorosa y peino el cabello que cae sobre ella. La mala sensación aún no desaparece y me siento algo mareado.

El grito agudo, el cual conozco muy bien, me pone alerta y con un salto estoy de pie, corriendo hacia su encuentro.

Me abro paso a través de la casa hasta el pequeño patio interior donde veo a la rubia tirada en el piso.

—¡Me cago en todo, joder! —exclama soltando un puñetazo contra la estera en el suelo a la vez que se sienta en esta y repara en mí—. Oh, ya estás despierto.

Mis ojos viajan algo ávidos por su figura, buscando señales de algún trauma.

—¿Se puede saber por qué gritabas? —un deje de molestia y preocupación alzándose en mi voz.

DRÁKON [+18] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora