DRÁKON [+18] ✔️

Capítulo 10

Yo tengo el control

Pasado

Paso mis manos por la suave piel de los senos de la chica que tengo en frente. Esta continúa con la cabeza gacha, y a pesar de que intenta controlarlo, un suave sollozo escapa de su boca al tiempo que tiembla de miedo bajo mi tacto. Definitivamente esta servirá bien, joven, sumisa, cabello claro y ojos oscuros, el regalo perfecto para cerrar el trato con el Jefe Ruso.

— Mi hai detto che ero vergine? — entorno la cabeza en dirección a mi proveedor de confianza.

«¿Me dijiste que era virgen?»

— È vero signore. — afirma — Cinque sono. — agrega haciendo un gesto con la mano señalando a las chicas desnudas delante de mí.

«Así es señor. Las cinco lo son.»

Paseo la mirada detallando a las mujeres completamente desnudas que permanecen paradas en fila, con las manos cruzadas en la espalda. Todas miran al piso, excepto una, que se atreve a alzar la vista y mirarme con desdén. Me causa gracia su atrevimiento. Me acerco hasta quedar frente a ella, a escasos centímetros de su cara, y aún así me sostiene la mirada.

— Questo non è ben addestrato. — le informo a mi proveedor quien no demora en excusarse con voz temblorosa.

«Esta no está bien entrenada. »

— Mi dispiace tanto, signore. — se apresura a decir — Alcuni richiedono più tempo per imparare rispetto ad altri, ma se ci dai una settimana, ti prometto che lo prepareremo per te. —dice y yo hago un gesto con la mano quitándole importancia.

«Lo siento mucho señor. Algunas demoran más que otras en aprender, pero si nos da una semana, le prometo que se la entregamos lista.»

— Non preoccuparti, insegnerò questo personalmente. — informo agarrando fuertemente la cara de la chica — ¿Cuál es tu nombre paloma? —le pregunto acercándola a mis labios y ella se atreve a escupirme directo en el rostro.

«No te preocupes a esta la enseñaré yo personalmente.»

La suelto tranquilamente alcanzando el pañuelo en mis pantalones para limpiarme, mientras suelto una divertida carcajada, que termina al tiempo que estampo el dorso de mi mano derecha en su mejilla, con tanta fuerza, que la mando al suelo.

La tomo del nacimiento de la melena rubia y le alzo la cabeza para que me mire a los ojos desde su posición en el suelo.

— Primera lección paloma. — forcejea para que la suelte, pero eso solo hace que refuerce mi agarre en su pelo, causándole dolor — Siempre que te hagan una pregunta, contestas.

— Vete a la mier... — no la dejo terminar ya que le propino otra cachetada.

— Segunda lección... — vuelvo a agarrarla del pelo — no hablas a menos que te den permiso.

Puedo ver las lágrimas formándose en sus ojos, pero aún hay altivez en su mirada por lo que decido seguir con la lección.

— ¿Qué te parece si me demuestras que esa boca sirve para algo más que para insultar? — comienzo a desabrochar el cierre de mi pantalón y la chica empieza a suplicar.