Capítulo 36

4.2K 304 153
                                    

Villano egoísta

Villano egoísta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Luci

Como una exhalación entro a la suite y Sassy no deja de ladrarle a los guardias que vienen pisándome los talones. Me sigue a la habitación y no pierdo tiempo en cerrar la puerta tras ella y trancar con el pestillo por dentro, no es que eso vaya a detenerlos de llevar a cabo su cometido pero al menos me conseguirá algo de tiempo en caso de que suceda.

Paso el dorso de mi mano temblorosa por la frente buscando hacer a un lado mi flequillo y esta regresa no solo con sudor, sino también con un ligero tono rojizo.

Mis pies se mueven hasta el baño y reparo mi reflejo en el espejo. Las salpicaduras carmesí en mi rostro me devuelven al momento exacto en el que pasó todo, el sonido del disparo reverberando en mi oído y sacándome del shock.

<<¡Corre!>>

El grito de Theo hace eco en mi cabeza una y otra vez y no puedo borrar de mi mente la última mirada que me dedicó, pura desesperación reflejándose en sus verdes.

Abro el grifo del lavabo y cuando dispongo a lavarme la cara es que me conscientizo de que aún sostengo el arma que guardaba en mi bolso. Lo medito por un segundo y la pongo a un lado, reticente a soltarla, para proceder con la tarea.

Lavo cada centímetro de mi rostro una y otra vez, el agua que al principio salía teñida de rojo ahora es completamente cristalina. Miro mi reflejo y solo quedan los vestigios de la máscara de pestañas. El recuerdo de su mirada me vuelve a golpear y debo cerrar los ojos con fuerza buscando apartarlo, pero lo vuelvo a ver esta vez diciéndome que no suelte el arma, que no dude en jalar el gatillo.

Vuelvo a abrir mis ojos y el pequeño revolver es lo primero que veo sobre el frío mármol de la encimera.

<<No sueltes el arma.>>

Por una vez en mi vida hago lo que me dice y afianzo mis trémulos dedos alrededor del metal de la empuñadura.

Comienzo a dar vueltas por la habitación mientras las voces al otro lado de la puerta me mantienen alerta y no sé qué tiempo pasa cuando mis piernas comienzan a doler y mi cabeza martillea agonizando por el sonido de mis tacones y los pensamientos que no dejan de surgir uno tras otro.

Debo trazar un plan para salir de aquí, pero a menos que sepa volar no creo que haya más salida que la puerta por la que mismo entré, tras la cual se encuentran seis matones a la espera de una orden para acabar con mi vida. Y yo permanezco aquí confiando en que Theo regresará, o en todo caso, que seré lo suficientemente rápida y suertuda como para poder matarlos antes de que lo hagan ellos.

Sassy se mantiene quieta sobre uno de los sofás individuales, sin perderse uno solo de mis movimientos y me acerco para tomar asiento a un lado al tiempo que me deshago de los zapatos.

DRÁKON [+18] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora