Capítulo 46

4K 278 137
                                    

Decisión irrevocable

Decisión irrevocable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luci

Permanezco estática, nuestras bocas muy cercas y mis ojos anclados a sus pupilas. Temo mover un solo músculo, incluso temo respirar por miedo a que acabe con esta fantástica burbuja que parece rodearnos.

¿Estaré soñando? No, no, estoy bien despierta. Entonces debo haber escuchado mal. Theo, mi Theo jamás diría algo así, la palabra amor ni siquiera está en su vocabulario. Pero lo ha dicho. ¡Lo ha dicho! Aunque en estos momentos no sé cómo debería reaccionar, no sé qué espera de mí.

La punta de mi lengua humedece mis labios mientras busco conectar mi cerebro a mis cuerdas vocales y él solo me observa tranquilo.

—¿Qué...? —Carraspeo aclarándome la voz—. ¿Qué has dicho?

—No lo sé —Comienza a trazar un camino de besos por la línea de mi mandíbula buscando distraerme—. ¿He dicho algo?

—Has dicho que... —Se me escapa el aire cuando muerde el lóbulo de mi oreja y cierro los ojos perdiéndome en la placentera sensación que me recorre el cuerpo.

—No recuerdo haber dicho nada —Su voz ronca contra mi oído y su mano acariciando la curva de mi pecho me hacen perder un poco la línea de la conversación.

Abro mis ojos y pongo mi palma sobre su torso buscando una salida de entre sus brazos.

—Sí lo hiciste —Le acuso consiguiendo que se yerga en toda su altura y me mire alzando sus cejas.

—Entonces si estás tan segura qué objetivo tiene que lo repita.

Abro la boca para hablar pero no consigo encontrar nada para refutar su estúpida lógica, a lo que él eleva aún más sus cejas esperando una respuesta de mi parte. Achico mis ojos mirándolo mal, entendiendo que sí lo ha dicho, pero que realmente no tiene intenciones de repetirlo, así que supongo que deberé vivir con ello.

—Eres insufrible —Hago amago de pegarle un puñetazo en el estómago pero él detiene mi mano observando el vendaje en esta.

—¿Te hicieron las curas? —Asiento y comienza a quitarme la gasa.

—¿Qué hay de ti? —pregunto observando que no lleva la suya tapada y parece estar completamente sana.

—Esta bien —Le resta importancia y espero a que termine de examinar mi herida para hacer lo mismo con la suya.

—¿Cuántos días me llevó el tatuaje? —Indago detallando las líneas aún rojizas y delicadas de su mano izquierda, pasando mi dedo índice sobre estas de manera muy delicada.

—Cuatro —contesta y elevo la cabeza como resorte impactada porque en verdad no sentí el tiempo pasar de esa manera.

Me muerdo la piel de mis mejillas antes de mirarlo por debajo de mis pestañas de manera inocente, una pequeña sonrisa tirando de mis comisuras.

DRÁKON [+18] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora