DRÁKON [+18] ✔️

Prólogo

No puedo decir con certeza cuánto tiempo llevo amarrada en este sótano. Puede que hayan pasado horas, incluso días. Es difícil decirlo ya que he estado inconsciente en varias ocaciones.

Las cuerdas que sujetan mis muñecas a mi espalda hacen que estas duelan de lo apretadas que están, porque siendo sincera, no he hecho el más mínimo esfuerzo en intentar soltarme. Eso sería un gasto de energía innecesario.

<<Maldición esta silla es jodidamente incómoda>>

Muevo mi cuello haciendo que este craquee varias veces. Me duele el labio, y puedo sentir el sabor a cobre en mi boca.

Nunca pensé que fuese a morir así. ¿Cuáles eran las probabilidades de que algo así me pasara? Supongo que esto es lo que pasa cuando insistes en jugar con fuego, al final terminas quemándote.

<<Él vendrá por tí>>

El sonido de la puerta del sótano hace que pegue un pequeño brinco.

Al igual que las otras veces el señor mayor de facciones fuertes y ojos oscuros me hace frente junto a dos de sus "matones". Se acomoda en una silla a unos metros de mí y enciende uno de sus puros.

Da una gran bocanada y expulsa el humo a la vez que centra su mirada en mí.

—¿Cómo te encuentras hoy? —me pregunta ligeramente divertido.

—¿Pues qué te digo? Esto no es precisamente un hotel 5 estrellas y tu atención también deja mucho que desear. —le respondo sarcásticamente.

Hace una ligera seña a uno de los hombres que tiene detrás. Este se acerca y me suena una bofetada que me deja incosciente.

                              (...)

El impacto del agua fría hace que recobre la conciencia y empiece a tiritar. Una mano me sujeta del nacimiento de mi cabello y tira de mi cabeza hacia atrás haciendo que mi vista viaje al señor que aún le da caladas a su puro.

—No puedes desmayarte tan pronto. Acabamos de empezar. —dice con una sonrisa ladeada carente de humor.

—Él vendrá por mí. —le digo con toda la seguridad que puedo reunir en este momento.

Echa la cabeza hacia atrás mientras roncas y siniestras carcajadas resuenan en la estancia.

—Pequeña paloma —vuelve a mirarme con maldad —, eso es presisamente lo que espero.

Sabía que era el cebo, pero escucharlo decir esas palabras hace que un escalofrío me recorra la espalda. Él lo está esperando, listo para matarlo. Y pensar que puede lograrlo provoca que las lágrimas se formen tras mis ojos, nublándome la vista.

—Esta vez sí me aseguraré de acabar con él. —dice al tiempo que se levanta y se acerca a mí.

Toma mi barbilla y hace que lo mire a sus negros ojos.

—Il sangue del drago verrà versato.

«La sangre del dragón será derramada.»