Capítulo 12

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Animal


Theo

Disciplina es lo que te enseñan. Fuerza y determinación es lo que se necesita para desarrollar al máximo todas tus capacidades.

La alarma suena dándome a entender que son las 5am, abro mis ojos de golpe y me reincorporo en la cama. Voy hasta el espejo del baño y mientras observo mi reflejo repito mi mantra, ese que mantiene todo en su sitio, el que últimamente parezco ignorar.

Sacudo la cabeza desvaneciendo la imágen que se me viene a la cabeza y trato de mantener el enfoque.

<<Órden... Control... Concentración>> Me repito una y otra vez.

Salgo a correr y para cuando regreso ya ha amanecido. Al momento que culmino mi ducha mi móvil suena, dándole paso a la llamada que tanto he estado esperando.

— ¿Lo tienes? — directamente pregunto lo que quiero saber.

— Así es. — afirma el hombre al otro lado del teléfono — Te mando la dirección exacta en un correo.

— ¿Tienes idea de dónde se encuentra ahora? — sé con certeza que si alguien puede saberlo es él.

— Si claro, está en... dame unos segundos... — lo escucho canturrear mientras teclea deprisa — Tienes vía libre, lo acabo de localizar entrando a un restaurante.

— Gracias Hawk.

— No hay de qué, solo hago mi trabajo. — dice antes de cortar la comunicación.

Reviso mi correo, y efectivamente, en él se encuentra la dirección del hombre que me ha estado siguiendo estos últimos días. Me visto con ropa casual, agarro mi chaqueta y tomo mi arma abordando el auto.

Si pensaba que podía burlarme está muy equivocado. No soy ningún principiante, y desde la primera vez que lo ví en el Club supe que algo no estaba bien. Me mantuve alerta estos días, y ayer, cuando paseaba por la ciudad con Lucia, él nos seguía de cerca. Decidí actuar lo más normal posible para que la niñata no notase nada extraño. Aunque con lo distraída que es, siempre flotando en su mundo de felicidad, sería difícil que se enterara de nada.

Aparco dos cuadras después del motel y le coloco el silenciador a mi arma. Me acerco caminando, y en lo que llego, reviso nuevamente el correo enviado por Hawk para ver el número de habitación que ocupa mi perseguidor.

Hawk es el mejor hacker cibernético con el que he tenido el placer de trabajar. No importa en cuál parte del mundo yo esté, como su apodo lo indica, su vista de "halcón" parece tener alcances inimaginables, ayudándome a permanecer invisible ante muchos ojos.

En un récord de tiempo Hawk me ha proporcionado información suficiente como para llegar a la conclusión de que este hombre me estorba por lo que debo eliminarlo antes de mi reunión con Ignasio De la Cruz, que si la cuenta no me falla, debe ser pronto.

Me apresuro al segundo piso y cuando llego frente a la puerta me encuentro con el primer obstáculo, obviamente está cerrada. Miro por el pasillo y distingo una muchacha joven, tendrá unos veintiséis años como mucho, se acerca arrastrando un carrito y por el uniforme que viste, deduzco que es la encargada de la limpieza.

Me observa de arriba a bajo y sonríe coqueta y yo le devuelvo el gesto.

— ¿Le puedo ayudar señor? — deja ver todos sus dientes mientras revolotea sus pestañas.

— Espero que sí. — respondo jovial — Acabo de darme cuenta que se me han extraviado las llaves de mi habitación. — me rasco la cabeza dando un aire distraído a lo que ella sonríe — ¿No tendrás por ahí una de repuesto o sí?

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