Capítulo 39

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Consecuencias


[Capítulo dedicado a gueezcritora_w. Aunque pensándolo bien, puede que me mates por dedicarte este en particular jaja. Igual espero lo disfrutes 😅]

 Igual espero lo disfrutes 😅]

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Theo

Conduzco por las calles de Tokio sumido en mis pensamientos. Demasiado distraído como para ver a tiempo la luz del semáforo cambiar al rojo.

Piso el freno con fuerza y el rechinar de los neumáticos contra el asfalto advierte a los transeúntes que se disponían a cruzar el paso peatonal, pero eso es todo.

La vida agitada de la ciudad continúa y afianzo fuertemente mis manos al volante hasta que mis nudillos se vuelven blancos, hasta que siento que podría quebrarlo de la rabia y frustración que me devora con cada segundo que pasa. Cada que recuerdo la decisión que he tomado.

Esto no se trata de mí, ni de todo lo que acabo de descubrir de quienes fueron mis padres. Esto es acerca de ella.

Siempre es ella.

El claxon de los demás autos me alertan que la luz es nuevamente verde y espabilo poniéndome en marcha.

<<Embarazada.>>

La palabra parpadea en mi mente como un enorme y luminoso aviso de peligro.

No puede estar embarazada.

No de mí.

Está mal, en todos los sentidos posibles.

Yo no quiero hijos. Ni siquiera había tenido que considerar jamás esa idea, aunque claro, tampoco había considerado la idea de sentir lo que siento por ella.

¿Pero un hijo? Es simplemente impensable. Mi vida siempre ha sido inestable además de peligrosa. Sin contar que es imposible para mí llevar a cabo algo así. Yo destruyo, no creo. Al menos no algo que no sea una edificación de más de 500 pies de altura.

Ella tiene razón, no está embarazada. No hay manera de que lo esté.

Igual eso no cambia nada. Sé lo que tengo que hacer y con ese pensamiento en mente, continúo mi camino al hospital donde la dejé.

Recorro los inmaculados pasillos hasta que veo la puerta de su consulta. Mi mente es tan inservible que no hace más que imaginársela sobre la camilla mientras termina de recibir los medicamentos para su fiebre, viéndose tan frágil y quebradiza como esta mañana, y me pregunto, si se sentirá mejor.

Justo antes de que termine de recorrer los metros que me faltan veo a una enfermera salir agitada de la habitación y corre al encuentro del mismo doctor que nos atendió cuando llegamos.

Inmediatamente sé que algo va mal, por la postura y el ceño de desconcierto del hombre, mientras que la enfermera gesticula medio desesperada.

Para cuando me doy cuenta mis piernas se mueven con rapidez hasta que me planto en el umbral frente a la habitación a la que acaban de entrar ambos, mis manos afianzadas al marco de la puerta y mi pecho retumbando de manera descontrolada.

DRÁKON [+18] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora