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La brisa del viento entro por la grande y delicada ventana, ventilando toda la habitación de un moreno aún exhausto por su último enfrentamiento contra un Neji adulto. El tic tac se escuchó resonar por toda la cómoda habitación.

Y desde el techo unos ojos rojos observaban al genio de la espada dormido placenteramente. Un hombre de cabellos negros cortos y ojos rojos como el fuego, con una capucha y una espada en mano lista para apuñalar a su vulnerable y pequeña víctima.

El sujeto dejó de concentrar chackra para caer de pie sobre la cama y sin hacer un movimiento innecesario movió su espada contra el sujeto dormido logrando atravesar su pecho. Sabía que su trabajo no estaba cerca de ser cumplido y solo espero a que el dueño de la sustitución apareciera en su campo de visión.

Ese mocoso era muy astuto.

Giro su rostro hacia el armario de roble oscuro que se encontraba estático a su lado izquierdo a un metro de la gran ventana, no se inmutó en cambiar su expresión y en su lugar se dedicó a esquivar los rayos del Chidori del muchacho que salían desde adentro y destrozaron la cama creando un estruendo.

El mueble se abrió cada vez más y de él salió el joven erudito.

El enmascarado por su parte se mantuvo quieto y sereno, explorando como ese muchacho lo miraba con la misma expresión, no parecía asustado.

-El genio de la espada más joven del reino, o como a las cortesanas les gusta llamarlo, el famoso "Angel negro".

La voz de aquel individuo le resultó familiar y de alguna manera su espíritu, aquel que no lo dejaba sentirse abrumado o intimidado por ningún oponente le comenzaba a gritar que debía ser cuidadoso, un mínimo error y terminaría muerto.

-No eres un soldado cualquiera ¿Quién te ha enviado?

El anónimo sonrió sutilmente debajo de su máscara y despues de unos segundos contesto divertido.

-Si puedes vencerme, te lo diré.

Sasuke lo observo con detenimiento, sin duda no era un soldado cualquiera y esos ojos rojos como los suyos no dejaban de ponerlo nervioso, nunca, a excepción de Itachi y su padre, se había enfrentado a uno de su clan.

El joven duque mordió su lengua por dentro, aún resentia el dolor de ser golpeado en los puntos vitales de su cuerpo, por lo que concluyó que debía terminar el combate de manera rápida y cuidadosa.

Ambos corrieron uno contra el otro chocando el metal de sus espadas con brutalidad sin detenerse un solo segundo, brincando por dónde pudiesen, lanzando y cortando los muebles de lo que hace unos segundos era una habitación, ruidos y estruendos que despertaron a todos en la mansión. Una pequeña brecha permitió que el joven erudito tomara a su oponente por la nuca y finalmente pudiera tirarlo contra el frío piso.

-¿Quién te envío? - Cuestionó irritado el joven de 15 años, agotado, jamás se había enfrentado a un oponente así.

Los pasos resonaron por todo el pasillo, clara señal de que alguien se acercaba a una velocidad considerable, el hombre debajo de el río sutilmente y antes de que Sasuke pudiera gritar para que nadie se acercara una joven de cabello corto y tez blanca apareció de repente abriendo la puerta de golpe con una expresión asustada y preocupada.

El anónimo invoco un kunai con un papel bomba atado en el desde su muñeca izquierda y lo arrojó a la fémina directamente; El moreno menor reacciono por instinto soltando a su presa, tomando a la chica entre sus brazos y brincando a la planta baja logrando a penas escapar de la explosión. Afortunadamente, los sirvientes no se habían acercado demasiado por lo que sólo tuvieron la necesidad de cubrirse por la detonación.

ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora