ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]

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Murmullos, bullicio.

-Su majestad, con todo respeto, creo que esa votación no será necesaria.

-¿Que? ¿Como se atreve a escoger en nombre de todas las facciones?

-¿Es que acaso no lo ves?

Susurros.

-¿Acaso no ven a Lady Hyuga?

-¡Dejen de fingir ignorancia!

-Si, la joven dama ha llegado con un traje de caballero, lo que quiere decir que ella lo ha decidido sin permiso de su majestad.

-Que descaro.

Murmullos.

-En todo caso ¿Acaso su majestad estaría conforme con tener una esposa con musculatura?

-Vaya aspecto tan poco femenino...

Risas.

-Oi que al príncipe heredero le disgusta ese tipo de mujeres.

-Eso explica por qué el príncipe heredero no gusta de su actual prometida.

-Basta. - Interfirió la mujer de vestido tan rojo como el fuego.

Se levantó de su asiento bruscamente, mirando con el entrecejo arrugado al resto del consejo, los cuales cesaron sus palabras maliciosas.

Segundos después, el conde de la casa Haruno hablo.

-Su majestad, ¿Es realmente necesario votar?; Los nobles de bajo y alto rango han visto con sus propios ojos la desición de la señorita Hyuga.

Murmullos.

-Incluso está reunión es innecesaria- Señaló el hombre de cabellos rosas a la joven azabache - Está mujer no debería sentarse en el trono o pedir ser candidata si se presenta con... -Hizo una pausa breve recorriendo su cuerpo con la mirada- Esas... Ropas.

El Hyuga se levantó de su asiento, disgustado ¿Como se atrevía a cometer tal grosería en su presencia?; El Haruno se dirigió al sol y la luna, quienes lo miraron con un sútil disgusto, aunque eso ni siquiera detuvo al hombre.

-La reina debe ser un espíritu puro.

-¡¿Que está insinuando?!

Hinata se levantó de su asiento sujetando a su padre lo más que pudo, y al mismo tiempo miro de manera hostil al hombre frente a ella, quien ahora sonreía de manera arrogante.

-¿Acaso es mentira que su hija viajo con usted a las fronteras?

-¿Y si eso es así, que? - Respondió Hiashi apretando los puños.

-¿La única mujer entre tantos hombres?

Murmullos, bullicio.

Susurros.

-¿Esta diciendo que...?

-¿Como sabemos que lady Hyuga no perdió su pureza?

-Haha... Quizá por eso la diosa Flos envío a la santa.

-Si, para evitar que una mujer impura manche el reino.

-¿Ya viste su cabello? Es tan lúgubre...

-Y entonces, lady Hyuga... ¿Usted sigue doncella?

Sasuke apretó los puños desde su asiento, maldito bastardo, iba a matarlo ahí mismo. Flexiono sus pies hacia adelante con el propósito de golpearlo hasta que suplicara morir, o eso abría hecho si Fugaku, el duque, no lo hubiera detenido.