ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]

48

Hinata miro con el ceño fruncido a su contrario, acción que el rubio noto sin problemas, él abandono su expresión molesta y sus ojos como el mar se encendieron como el diablo. Camino lentamente a ella, sus pasos resonaron por toda la habitación en medio de los gritos de auxilio y súplicas de los presentes hacia su emperador quien se retiró de inmediato para auxiliar a su emperatriz. Hinata lo sabía, el hombre estaba peor que furioso, bastaba con ver su mirada pérdida mientras se aproximaba a ella y eso la abrumo.

Finalmente el joven llegó a ella, levantó la mano y la estrelló en su rostro bruscamente.

La Hyuga se quedó en silencio, procesando lo que había ocurrido, con el ardor en su mejilla recordándole constantemente que no era un sueño lo que estaba viviendo, los segundos se hicieron tan largos, tanto que ni siquiera había notado que Lord Inuzuka había intentado desde atrás detener a su señor y que había fallado en su intento.

Llevo su mano derecha a su mejilla correspondiente y poco a poco se incorporó para mirarlo. Su rostro tan hermoso lucía descompuesto, sus ojos azules parecían querer matarla de inmediato pero su cara de póker parecía dar un mensaje neutro.

Volvió a fruncir el ceño, no molesta, si no confundida ¿Por qué de repente actuaba como un amante dolido?

El sol menor abrió la boca antes de que ella pudiera hacerlo y finalmente exclamó.

-Lleven a Lady Hyuga a mis aposentos.

Los soldados tomaron a la chica por ambos brazos y siguieron al joven príncipe hasta su habitación arrastrando a su prisionera con ellos.

-Por favor, su majestad, esto será perjudical para usted y su reputación.

Tomo la palabra Kiba pero el rubio ni siquiera se inmutó en escucharlo, solo se limito a seguir caminando y ser seguido por los que lo obedecían. Al terminar su caminata, el joven tomo a la morena por su antebrazo de forma brusca, abrió la puerta y miro a su consejero.

-Lleven al conde a prisión.

Dijo y los soldados se movieron de inmediato, el joven replicó, suplicó y rogó por la Hyuga, quién fue adentrada a la habitación de Naruto a la fuerza por el mismo.

Cayó al piso y su contrario cerro la puerta por dentro.

La joven miro desde el piso como su prometido se quitó el saco de su elegante traje y lo arrojó sin quitarle la mirada de encima, se aproximó a ella y está retrocedió arrastrándose en el piso hasta que tocó la madera fina del lecho del rubio.

El se inclino y tomo su rostro bruscamente.

-¿Por qué?

Apretó los puños nerviosa ¿A qué se refería con "por que"?

-He estado estos días buscando a su gracia como un maldito demente; Rogando un poco de su tiempo y atención... Confesando mis sentimientos por usted... En cambio, usted se aferra a ese estúpido soldado.