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Hinata miro a su contrario con frialdad, mientras el mismo se encontraba frente a ella con la misma expresión. Sus blancas manos reposaban sobre su vestido esponjado, y su cabello recogido no hacia más que aumentar su increíble belleza.

Una flor nacida para destacar.

Y por su parte, el sol frente a ella parecía intentar quemar sus pétalos.

—Deberiamos entrar. — Dijo el Namikaze menor a la joven, quien no se movió.

Sabía que de entrar, ese hombre no la dejaría tranquila.

—No es adecuado para una joven entrar a la misma habitación a solas con un hombre que no es su prometido.

El rubio se volvió a ella.

—Aun soy su prometido.

Ella negó en respuesta.

—La princesa heredera ésta en otro sitio, ajena a nuestro alcance físico.

—El consejo le sugirió a la dama ser mi reina, por lo que, aún si no le agrada, sigue siendo mi prometida.

—Y el mismo consejo me concedió la oportunidad de anular el compromiso una vez que mi caballero gane mi mano.

El muchacho frunció sutilmente el ceño.

—No hay caballero en este imperio capaz de vencer a este servidor.

—Si lo hay. Mi caballero podrá vencerle.

Naruto sonrió arrogante.

—La joven marquesa tiene mucha seguridad en ese supuesto caballero.

—Es así.

—Su exceso de confianza... ¿Se debe a que Lord Shisui accedió a enseñarle?

La muchacha apretó su vestido sutilmente, controlando su expresión facial, si de verdad Jiraiya había entrenado al príncipe heredero, entonces no era sorpresa que el joven lo supiera teniendo en cuenta las capacidades del nombrado.

—Usted sabe que no hay mejor prospecto que yo.

—¿Su majestad está intentando persuadir a esta mujer?

—¿Persuadir? — El muchacho río carente de humor. — No sea ridícula; Yo, el príncipe heredero, no necesito tal cosa tan trivial.

—¿Es así? — Cuestionó la joven, indiferente.

—Por supuesto. — Agregó él. — No necesito que usted guste de mi, solo un heredero.

Hinata apretó los puños y desvío la mirada, disgustada.

—De ser así, le agradecería a su majestad que dejara de enviar regalos a la mansión Hyuga. Además, agrego que su hijo nacerá del vientre de su emperatriz.

—Creo que la señorita no lo entiende. — Dijo Naruto caminando lentamente a la Hyuga. Tomo su barbilla con su mano izquierda y la obligó a mirarlo. —Usted... Desde que era una infante, esta destinada a procrear a un heredero de mi linaje.

—Si la princesa lo escuchara, se disgustaria por sus palabras.

—¿Cree acaso que me preocupo ahora por la princesa heredera? — Confesó. — Esa mujer será mi esposa aún en contra de su deseo.

—No entiendo.

—¿Acaso creyó que no me daría cuenta de su trampa, Lady Hyuga?

La nombrada frunció el ceño ¿De que demonios estaba hablando?

—Le suplico que sea claro.

—¿Acaso creyó que no sabía que usted planeaba cortejarme y después alejarse de mi?

ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora