ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]

43

Noche y luna juntos en una misma habitación.

—Finalmente terminamos de apagar el fuego, su gracia. — Hablo Natsu mientras ambos jóvenes intentaban actuar lo más compuestos posible.

—Limpien el desastre, y que nadie nos interrumpa.

Ordenó la chica y la mujer obedeció cerrando la puerta dejando a ambos jóvenes dentro.

Ambos temblaban con sutileza en su sitio, estáticos pensando que decirle al otro, seguro a estas alturas ambos ya habrían leído la nota del periódico.

Piensa en la reputación de lady Hyuga.

Fue la voz de Itachi la que una vez más resonó en su cabeza, y el sabía bien que aunque era molesto, su hermano tenía razón.

Aún así, no podía permitirse dejar las cosas como estaban, el lo sabía tanto como ella, pero ahora en esta situación ¿Que debía decirle? Él tan sólo salió hecho un demonio cuando miro la nota que no pensó claramente en el camino que seguía después.

Y luego estaba el imbécil de Naruto, el mismo estúpido príncipe heredero que había humillado a su maestra muchas veces y ahora parecía querer arrastrarla de vuelta a sus asquerosos propósitos.

¿Con que fin quería arrastrar a la Hyuga de vuelta? No era como si de la noche a la mañana se hubiera dado cuenta de que amaba a la mujer frente a él. Y después estaba lady Haruno, quien ahora estaba en medio del chisme de sociedad.

¡Enamorada de el su trasero! Él nunca había tenido contacto con ella en lo más mínimo, salvo esa noche que le pidió bailar, sólo dios sabia que demonios pensó esa mujer para creer que aceptaría humillar a su maestra de esa manera. Y claro, su altercado en el balcón, lo suficiente para darse cuenta que lejos de su sonrisa inocente, Sakura era una rosa con muchas espinas.

El hecho de que se dijera a todos que esa mujer estaba locamente enamorada de él no era más que un chisme sin fundamento, todo por una petición estúpida de bailar con él en un intento de humillar a lady Hyuga.

Hinata por su parte, se encogió de hombros, jamás había esperado que el joven frente a ella supiera de su silencioso amor de esa manera, y siendo sincera consigo misma, eso la hizo molestar, no era nadie más que ella misma quien tenía el derecho de hacer público el amor que se encontraba en su interior. Y si quizá... ¿El venía hecho un demonio por el disgusto de saberlo?

Apretó los puños.

Ella siempre pensó que su cercanía podría ser una molestia para él al momento de buscar una prometida, y ahora, sus temores de estorbar en su vida se habían vuelto una realidad; Y si era así... Y si el había llegado a reprochar la nota de ese periódico... ¿Él se sentiría mejor si ella ocultaba sus sentimientos? ¿Dejaría de obstaculizar su vida si negaba ese hecho?

Sasuke sabía que su presencia podía llegar a ser una molestia, y aún así, no quería mantenerla al margen de su vida, quería poder ser como su padre y obedecer su pedido tal y como él lo hacía, pero él no era su padre, y se negaba a irse.

Por qué, por más que odiara la idea, esa mujer se había colado en su corazón, hasta el último rincón de él.

Abrió los labios, dispuesto a finalmente aclarar las cosas y sus sentimientos.

—Su gracia...

—¡Ofrezco una disculpa... Si su majestad ha salido afectado por mi causa! — Interrumpió ella inclinándose.

No... No quería oírlo, no quería oír de la voz de ese hombre que la quería lejos de su vida por qué si seguía así no podía conseguir una novia.