ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]

22

—Saludo a la princesa de Tonitrua, soy Naruto Namikaze, príncipe del imperio de Ignis. — Después de una elegante reverencia mutua, ambos levantaron la cabeza.

—Saludo al príncipe heredero, soy la princesa Izumi Uchiha. — La chica tomó asiento en un movimiento limpio y elegante después de ver cómo su posible marido le extendía una invitación silenciosa a sentarse.

—Lamento mucho el no poder ser lo suficientemente eficiente como para informar a tiempo sobre lo sucedido.

La castaña asintió.

—Mi padre me envió antes de lo acordado, es mi país quien debe disculparse por tal descortesía. — Ella tomó su taza de té y sorbió de el en silencio.

Si no recordaba mal la información mandada por el Inuzuka, la joven princesa estaría cumpliendo sus diecinueve años el próximo mes, contrario de su nación, en Tonitrua no solían contraer nupcias a tan temprana edad, además de ser un país bastante libre de pensamiento, en el que la misma princesa podría ser emperador si así lo deseaba.

Las nupcias eran contraídas de entre los 22 años hasta los 26 años para asegurar el éxito en un matrimonio, esto con el propósito de conocer la personalidad de ambos entre si.

Cabello castaño de tamaño medio, ojos negros como la noche y una cara angelical, para cualquier hombre aquella refinada dama habría sido un prospecto digno de cortejar, pero para el príncipe heredero, no era más que el recordatorio de cierto moreno irritante ya que compartían el Clan y el apellido.

—Espero que el Palacio Rosa sea de su agrado, princesa; Si desea algo, no dude en pedirlo.

La fémina asintió después de terminar de beber silenciosamente, estudiando las expresiones faciales del menor frente a ella.

—Deseo ver al emperador y a la emperatriz ¿Lo cree posible?

Naruto la miro lo más inexpresivo posible, sin embargo, por dentro se sintió irritado, ¿Acaso todos los Uchiha eran tan directos con sus propósitos o era tan sólo su imaginación?

—Por supuesto, estarán encantados de recibir personalmente a la princesa, además, en compensación a nuestra equivocación, le pido a su alteza que se aloje el tiempo que desee.

—Le agradezco, príncipe heredero.

[...]

Los Hyuga se quedaron estáticos en su lugar, asombrados y totalmente nerviosos.

El sub comandante VS el prodigio de la espada más joven. Sasuke se giro y sonrió con arrogancia.

—¿Usted piensa que puede provocar a alguien de mi linaje con tan simples palabras?

—¿Lo ve como una provocación? Joven duque.

—¿Insinúa que me equivoco? — El chico se volvió y el Hyuga frunció aún más el ceño. —Siento decirle que si desea desatar una pelea de espadas conmigo para tener una posibilidad de recuperar su dignidad ante sus soldados, tendrá que hacer algo más que abrir la boca.

—No recuerdo haber cometido ningún error que denigre mi dignidad.

—Ya veo. Entonces usted dice que no tiene errores en sus palabras ¿No es cierto?; Con esto me afirma que en efecto no confía en su maestro y es por ello que lo subestima al punto de no ofrecerle un entrenamiento real.

Murmullos.

—Dejeme decirle que eso no sólo denigra su dignidad, si no que lo deja sin honor.