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—Hinata, claramente estás asustada por el ataque de la noche anterior, quizá sea mejor que descanses un poco más y puedas calmar tus ideas.

Sugirió el marqués en respuesta.

—¿Acaso mi padre cree que eh enloquecido? — Cuestionó ella arrugando el ceño con tristeza en sus ojos.

—Claro que no, es sólo que desde que fuiste nombrada como princesa heredera no hacías más que tomar tus lecciones con entusiasmo y contarle a Natsu de la ilusión que te hacía mejorar a tu país.

—Padre... — Llamo ella una vez más, apretó los dientes y respiro profundo. —No quiero estar con un hombre que ha deshonrado mi apellido y pisoteado mi orgullo, no con alguien que no me trata como su prometida... Te lo suplico, no me obligues a hacer esto.

El Hyuga mayor miro expectante los ojos de su única heredera, miraba tristeza y eso le estrujaba el corazón, el hombre relajo su cuerpo lo más que pudo y uso una mirada seria; Asintió en silencio y ella sonrió de forma genuina.

—¿Me ayudarás?

—Eres mi única hija. — Musitó elevando su mano izquierda sobre la mejilla de la joven liberando su agarré de la calidez de sus palmas. —Y mi posesión más valiosa, nada me haría más feliz que saber que también eres feliz.

—Entonces ¿Podemos romper el compromiso?

—No es algo sencillo. — Contestó borrando su sonrisa gentil y en el proceso ella también borro la suya. —Este es un matrimonio político, sus majestades tienen aprecio por ti y la gracia de las facciones es grande.

La joven apretó ligeramente sus labios y agachó su cabeza.

—Pero eso no significa que no se pueda anular — Prosiguió el hombre. —La emperatriz te ve como a una hija, es posible que pueda persuadir al rey y, ya que el príncipe ha demostrado que no tiene favor hacia ti, sería una gran oportunidad para anularlo de inmediato. Al emperador no le quedará más alternativa que romperlo.

Hinata sonrió gentilmente, el brillo en sus ojos volvió y tan pronto su progenitor termino de hablar se abalanzó contra el y le dedico un cálido abrazo, se deshizo del temor de que su padre pudiera negarse; Ahora sólo quedaba poner en marcha su siguiente objetivo, el acaricio su cabello con su mano izquierda y sonrió ligeramente, su hija estaba creciendo rápidamente.

—Papá... — Susurro separándose de su abrazo. —He mandado a anular mis lecciones de emperatriz.

El marqués sonrió dejando ver sus blancos dientes y río con ligereza.

—Entonces confiabas en qué te ayudaría a cancelar este matrimonio.

Ella asintió avergonzada.

—Papá, entrename como solías hacerlo.

El hombre sudo frío ligeramente y miro a la joven frente a el.

—¿Que dices?

—Quiero fortalecer mi cuerpo y poder defenderme de cualquier peligro por mi propia cuenta.

El Hyuga arrugo su entrecejo.

—Antes de ser candidata a emperatriz tu planeabas tomar tu lugar como marquesa ¿Ahora planeas retomarlo?

Ella asintió seriamente.

—¿No es mejor que te cases y dejes a tus hijos encargarse del marquesado? — Cuestionó con un tono preocupado. —Podré conseguirte un buen marido y...

—No, padre. — Interrumpió la chica. —Quiero heredar el marquesado y servir a mi país tal y como tú lo haces.

Hiashi suspiro.

ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora