ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]

9

Bullicio.

Bullicio.

—Es un placer saludar al marqués. — Musitó un hombre de cabellos negros junto con su esposa.—¿Su brazo está mejor? — Cuestionó el Uchiha mayor.

—No esperaba encontrarme rápidamente con su majestad. — Musitó el Hyuga haciendo una reverencia ante la presencia de la pareja, siendo devuelto el gesto. —Es un placer saludar a la duquesa.

La nombrada sonrió cálidamente.

—Respondiendo a su pregunta, comandante, me encuentro en mejores condiciones; Gracias por su preocupación. — Dijo en respuesta.

—Esperamos que su recuperación sea pronta y que su hija se encuentre en mejores condiciones — Agrego Mikoto.

—Le agradezco su buena voluntad, duquesa.

—Y hablando de su hija, no la veo con usted ¿Acaso no vendrá?

El Hyuga sonrió débilmente en silencio.

—Por supuesto que vendrá.

—Entonces ¿Usted llegó sin ella, su gracia? — Cuestionó la mujer sosteniendo el brazo derecho de su marido.

—Su majestad solicito mi presencia un par de horas antes.

—Imagino que el emperador ha llamado al marqués para fijar el presupuesto de la operación de "Aqua"

El ojivioleta afirmó en silencio.

—Me temo que es así, duque Uchiha.

—Sasuke también ha demorado. — Dijo Mikoto mirando a su esposo.

—Estoy seguro de que llegara al final como es su costumbre; Además, agrego que la señorita lo acompañará ahora que es su maestra.

Respondió Fugaku.

—Por supuesto.

[...]

Hinata suspiro mirando su reflejo en el espejo, tenía unos pendientes largos de color dorado en forma de estrellas que colgaban de sus delicadas orejas, su cabello corto fue adornado por una peineta con muchas joyas preciosas que daban la impresión de formar una flor púrpura oscura con el centro dorado como los detalles de su vestido. Sus ojos se miraban más grandes de lo usual por qué sus mucamas se habían encargado de enrrollar sus pestañas y sus labios regularmente rosas natural ahora tenían un color rojo carmesí; Trago duro tras ver su rostro y en ese movimiento pudo ver su cuello descubierto y sus hombros desnudos ya que el elegante vestido sólo cubría su pecho, el cual se notaba que ya estaba comenzando a crecer.
Sudo ligeramente, quizá descubrir su cuerpo no fue una gran idea pero no iba a dar un paso atrás. Las mucamas sonrieron con satisfacción al ver a su señorita con un vestido sencillo pero hermoso, cubría sus talones y tenia delicados detalles dorados que descendian de sus rodillas hacia abajo.

— ¡Los colores oscuros siempre fueron los de nuestra señorita, se ve preciosa! — Dijo Natsu al aire mientras el resto de mucamas asintieron maravilladas.

Hinata miro nuevamente su reflejo sin poder creer lo que estaba enfrente ¿De verdad era ella? ¡La diferencia era abismal a su aspecto anterior! Sus ojos perla brillaron con ilusión y eso no hizo más que provocar que sus sirvientas la adularan más.

—Señorita. — Llamó Ian tocando la puerta cerrada. —Su alteza, el segundo maestro Uchiha la está esperando en la sala.

Las mujeres con uniforme se agitaron y una de ellas le extendió un pequeño abrigo.

—Si con esto el príncipe heredero no cae a sus pies, entonces seguro es un ciego.