1

2.9K 179 28
                                    

-Hinata.

-Es ella de nuevo. - Mascullo una mujer noble acompañada de un caballero, al parecer debido a su aspecto en edad, aquel caballero parecía ser su marido.

Ambos rieron en unísono a lo bajo, totalmente convencidos de que la distancia del pasillo al jardín era suficiente para que mis oídos no escucharan las burlas.

-Al parecer, el príncipe no la recibirá hoy. - Comentó el hombre de cabellos platinados.

-Nunca la recibe. - Se burló nuevamente la mujer que caminaba a su lado.

Respire profundo y fingí demencia mientras miraba el paisaje de los lirios.

Tenían razón...

Hace unos meses, su majestad, el padre del imperio de Ignis, me nombró como la próxima emperatriz. Para mi padre fue una sorpresa, ya que no cualquier dama es elegida por el mismo rey para ser la compañera del príncipe heredero; Desde ese día, en casa de los Hyuga se me ha educado para convertirme en lo que su majestad espera para el heredero de la corona, desde modales, expresiones, gustos, conocimientos y habilidades.

Nuevamente estoy en el palacio intentando - a mi parecer-inútilmente tener un buen momento con el príncipe, quien como de costumbre me ha dejado al final de sus asuntos por atender. Sabia que no me recibiría y aún así, estoy aquí desde las 600 horas para mirarlo aunque me reciba con brusquedad y una mirada fría. Suspire.

Había intentado por todos los medios ganarme su amor o un poco de su afecto, visite las cocinas reales para saber mas de su sofisticado paladar y dieta diaria; Pedí al chef que prepara un té manzanilla para sus días de estrés, su postre favorito en sus días malos... Cambie mi imagen a una más femenina para su gusto y oculte mis emociones para evitar que los nobles hablaran de manera negativa de su persona, pero, nada sirvió.

-¿Que haces aquí? - Me cuestionó esa voz sacándome de mi ensoñación.
Me levante, tome mi vestido por ambos lados y con delicadeza hice una reverencia ante el joven frente a mi.

-Saludos, futuro padre de nuestro imperio. - Mire nuevamente sus ojos azules y, como siempre... Sólo había frialdad y ¿Por que no? Odio.

-Estoy aquí por que el rey me lo ha ordenado. - Apreté los dientes ¿Por que me hablaba tan secamente? -Seré breve. Aunque seas la futura gobernante, no deseo establecer lazos contigo, no deseo verte o incluso oír tu asquerosa voz, aun así, estoy seguro que regresaras al palacio y sólo te informo que no te recibiré, ha no ser que hagas una cita conmigo con tres meses de anticipación.

Pude sentir como una gota de sudor resbalaba por mi mejilla derecha mientras mi rostro yacía inclinado.

Volví a mi posición inicial y le mire nuevamente.

-Si, majestad. - Dije lo más neutral posible.

-Ni siquiera cuando te rechazan tan hostilmente eres capaz de mostrar alguna expresión o defenderte de esas palabras. - Dijo él con un tono indiferente.

Me encogí de hombros y baje mis ojos ante su calzado evitando su rostro.

-No te soporto. - Musitó el príncipe del imperio empujando mi persona para pasar seguido de su fiel acompañante.

Suspire intentando calmar mi corazón herido, mis ojos comenzaron a cristalizarse, no podía permitirme aquello así que lo más rápido posible intente limpiar cualquier rastro de tristeza en mi mirar. Camine al jardín de antes y conseguí mirar las hermosas flores de cerca, debía calmarme, en ese estado nervioso no podía mirar a sus majestades.

Nota: Las mujeres al casarse adoptan el apellido de su marido y por tal, también cualquier título que esté tenga ( Barón- Baronesa, Marqués- Marquesa, etc.)

ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora