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El sonido del metal chocando una y otra vez resonaba por todo el campo de entrenamiento. Los soldados pateaban, brincaban, y se enfrentaban unos contra otros en una simulación lo suficientemente realista para estar en forma en caso de combate.

Excepto por un pelirojo que miraba desde la lejanía a sus compañeros interactuar entre si, pausando su entrenamiento unos segundos para contemplar el paisaje, reposando no sólo su respiración sino también al duro muñeco de paja recién instalado. Aislado del resto.

-¿Que demonios estás mirando? - Cuestionó un Hyuga desde la espalda del ex esclavo.

Gaara por su parte apretó los labios con fiereza desviando la vista del resto de las personas, sólo para incorporarse en posición de combate y seguir golpeando el muñeco de paja.

La voz hostil proveniente detrás de él carraspeo.

-¿No me estás escuchando, maldito esclavo?

El pelirojo hizo caso omiso a su llamado, sabía lo que pasaría si se molestaba en prestarle atención.

-Supongo que es natural que alguien como tú sea así, siendo de origen humilde.

Gaara apretó el agarre de su espada y golpeó con más furia aquel objeto de paja desquitando la frustración que sentía por dentro.

-Oye, imbécil ¿Eres idiota o simplemente es actuación?

Llamo la maliciosa voz detrás de él nuevamente y, al no ver respuesta, el sujeto tomo por el hombro al joven pelirojo obligandolo a girar para encararlo. Ojos tan blancos como las perlas y cabello tan castaño como el tronco de un árbol, rasgos finos y una estatura promedio.

-¿Te crees mucho por qué el marqués te ha acogido, no?

Cuestionó el hombre con claro tono altanero. El usuario de la arena desvió la mirada en silencio apretando nuevamente el agarre de su espada y con ello tensando la mandíbula, sabía bien que si se movía o decía algo podría ser una molestia para el marqués.

-¿Te crees superior a nosotros, no es cierto?

Silencio.

-¡Maldito imbécil, di algo! - Grito con euforia el Hyuga ocasionando que se escucharan algunos murmullos acercarse poco a poco a ambos hombres.

-De nuevo haciéndote el imbécil ¿No es cierto? - Cuestionó otro de los Hyuga con superioridad.

-Estaba observando el entrenamiento hace unos momentos. - Retomo el primer Hyuga.

-Que sujeto tan desagradable, deberían de ponerlo con los cerdos.

-Hahaha, dudo que los cerdos lo reciban.

Risas maliciosas.

-Ya huele como uno.

-Que asco ¿No conoces lo que es un baño?

-Los esclavos son tan asquerosos.

Risas. Murmullos.

El chico se encogió de hombros, frustrado ¿Es así como tenía que vivir? ¿No recordar nada de su vida lo había condenado de esta manera?

-¡Este no es tu lugar, estúpido esclavo! - Escucho el chico solo para sentir un par de manos empujarlo contra el frío y sucio piso ensuciando su uniforme.

-¡Ahora sí es un auténtico cerdo!

El muchacho levantó la barbilla poco a poco encarando a aquellos que osaban burlarse de él, grabando sus rostros en su mente, deseando que un día pudiera hacerles pagar por sus acciones.

ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ғᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs [SasuHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora